Creará un sistema unificado de control de inversión extranjera en sectores estratégicos, entre los cuales ha incluido los medios de comunicación, el entretenimiento o las empresas que trabajen con datos o que desarrollen tecnología para procesos electorales. Cuando una empresa reciba una oferta, el país en el que esté radicada deberá comunicarlo a la Comisión Europea, que emitirá un dictamen y avisará a otros Estados que puedan ser perjudicados por la operación. Si un tercio de ellos considera que les perjudica, la Comisión avisará al primer Estado, que siempre tendrá la última palabra sobre si acepta la inversión o la rechaza. Cualquier país podrá alertar a la Comisión sobre operaciones en terceros Estados que cree que le perjudicarán. Hasta 12 países de la UE, entre ellos España, Francia o Alemania, disponen de sistemas de este tipo, algo que también tienen Estados Unidos, Japón, China o Australia. Se centran siempre en sectores clave, como energía, agua, salud, comunicaciones, transporte o Defensa, entre otros.
Fuente | El País