Los presidentes de Francia y Canadá, junto a los de Costa Rica (Carlos Alvarado), Senegal (Macky Sall) y Túnez (Beji Caid Essebsi), así como los primeros ministros de Líbano (Saad Hariri) y Noruega (Erna Solberg), han firmado una misiva que alerta de los "grandes peligros" a los que se enfrentan "la libertad de opinión y de expresión", un "derecho fundamental" basado en "la posibilidad de acceder a una información libre, plural y fiable". Los dirigentes alegan que "existe la necesidad urgente de proteger nuestro acceso a una información independiente, plural y basada en los hechos", algo que consideran "una condición indispensable para que las personas se formen libremente una opinión y participen legítimamente en el debate democrático", funcionamiento amenazado por "la desinformación masiva en Internet", capaz de "incluso intervenir en las elecciones para falsear los resultados"; todo ello en un contexto en el que "los medios de comunicación, que verifican los hechos y asumen la obligación de comparar los puntos de vista, se encuentran debilitados por la transformación digital". Su propuesta se basa en apoyar a nivel político el trabajo de la Comisión Internacional Independiente sobre la Información y la Democracia, creada por iniciativa de Reporteros Sin Fronteras y cuyas conclusiones fueron presentadas en el recientemente inaugurado Foro de París sobre la Paz. El objetivo prioritario es "considerar el espacio mundial de la comunicación y de la información como un bien común de la humanidad", así como proponer que actores como las plataformas digitales, "en condiciones de estructurar este espacio global", "tengan responsabilidades en materia de neutralidad política e ideológica, de pluralismo y de transparencia". También, que "se reconozca que las personas tienen derecho no solo a una información independiente y plural, sino también fiable".
Fuente | El País