Hace cinco años nadie hablaba de noticias falsas, los medios de comunicación buscaban a la desesperada un nuevo modelo de negocio en medio de una crisis de descrédito generalizado y nadie dudaba de las bondades de Google y Facebook a la hora de distribuir noticias, con las nuevas generaciones como epicentro de su negocio. Un lustro después, el auge de las noticias falsas ha echado por tierra las esperanzas de las redes sociales de convertirse en los futuros editores globales, mientras que los medios tradicionales, aun sin haber encontrado todavía un modelo de negocio sostenible a largo plazo, ven cómo los bolsillos de los lectores comienzan a abrirse tímidamente a cambio de poder refugiarse de la intoxicación informativa que ha conquistado la Red.
Hace cinco años, sin embargo, en Noruega comenzaron a sentarse las bases del futuro del periodismo. El diario 'Aftenposten', fundado en 1860, decidió apostar por los niños y lanzó al marcado 'Aftenposten Junior', un periódico serio que explicaría las noticias a los más pequeños, con la intención de educarlos en el hábito de la lectura de la prensa y de asociar su marca a la información.
No era, ni mucho menos, una novedad: los casos de diarios o suplementos para niños se cuentan por decenas. En España, sin ir más lejos, 'El País' gobernó durante años entre los más pequeños con 'El Pequeño País' y su posterior versión, 'Mi País'. 'ABC' fue decano en el arte o intento de llegar a los más jóvenes de la casa con 'Gente Menuda' o 'Blanco y Negro Guay'. En ambos casos, sin embargo, los comics eran la razón de ser de estas publicaciones, dando por hecho que los pequeños no quieren información seria, sino puro entretenimiento.
El caso de 'Aftenposten Junior' es diferente. El periódico publica noticias serias, aunque adapta su explicación al público al que están dirigidas. El objetivo es proponer una alternativa a las noticias que leen en redes sociales, y que están en realidad dirigidas a los adultos, con todo lo que ello conlleva. "Esto puede provocar que tengan miedo y se sientan inseguros", comentan en un artículo publicado en la web de INMA (International News Media Association) Siri Holstad y Andreas Finborud, de Schibsted Norway. Además, continúan, "los niños son fácilmente influenciables y tienen la expectativa de que la información sea verdadera". Una grieta que ha explotado 'Aftenposten' para ganarse la confianza de sus lectores del futuro desde la etapa escolar.
'Aftenposten Junior' publica noticias y reportajes sobre temas de interés para los niños, tales como deportes, animales, cocina o ciencia. Pero también incluye información internacional, cómics o juegos. "Satisface las necesidades de un público emergente", explican Holstad y Finborud. El diario lleva cinco años en el mercado y ya es el noveno más importante de Noruega y más rentable que el negocio de anuncios clasificados de Schibsted, en parte porque han sabido capitalizar su éxito con una serie de productos relacionados que van desde libros hasta eventos.
El éxito de 'Aftenposten Junior' ha llevado a Schibsted a lanzar un periódico similar en Suecia. Que este tipo de publicaciones vean la luz en los países nórdicos tiene sentido, a juzgar por sus características demográficas: Noruega tiene 5,5 millones de habitantes, de los cuales alrededor de 400.000 son niños en edad escolar. El gasto público y privado anual por niño alcanza los 25.000 dólares de media: son países que apuestan decididamente por su propio futuro, materializado en los más pequeños. La prensa no es ajena a ello.
El 75% de los adolescentes se informa en las redes sociales.
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