Las ideas básicas para que exista intercambio son la confianza entre las personas, creer en el bien común, la capacidad ociosa de la gente y la existencia de una masa crítica.
El término crowdsourcing viene del inglés crowd (masa) y sourcing (externalización), y consiste en externalizar tareas a un grupo numeroso de personas, a través de una convocatoria abierta. Internet permite a diario dar a conocer y gestionar proyectos de crowdsourcing. La web 2.0 ha logrado impulsar la colaboración masiva entre las personas y crear un nuevo modelo de producción y resolución de problemas.
A continuación se detallan algunos ejemplos de negocios de éxito en el ámbito digital, amparados en el modelo de crowdsourcing.
– Airbnb: web donde la gente puede buscar un lugar en el que pasar la noche, desde un sofá hasta un palacio, dentro de las más de 14.600 ciudades, de 184 países diferentes, inscritas en la página.
– Amovens: permite que las personas puedan compartir un coche para sus desplazamientos diarios o para un viaje puntual.
– Ebay: uno de los mayores bazares de compra de la Red.
– Freecycle: organización online de voluntarios para gestionar el reciclado de muebles y otros enseres del hogar.
– Waze: aplicación GPS de descarga gratuita, a la que el propio usuario sube los mapas y la información sobre el tráfico en tiempo real.
– Wirky: web en la que los usuarios suben sus ideas para que otros opinen, evalúen el producto, lo diseñen y hasta lo pongan a la venta.
– Zilok: página donde se puede alquilar casi de todo, desde un martillo, un vestido de novia, una cámara de fotos, una aspiradora o un kayak.