Desde 2008, programadores de todo el mundo han visto en GitHub un punto de encuentro en el que entrar en contacto con otros apasionados del software libre con el objetivo tanto de compartir con el ciberespacio sus creaciones, como de aprender de los mejores. GitHub es hoy el mayor repositorio de código del planeta, con unos 80 millones de proyectos creados por sus casi 30 millones de usuarios. Cualquier persona puede entrar y descargar el código que alberga esta plataforma: todo es libre. Todo es de todos. Y ahora todo eso es de Microsoft.
La compañía que dirige Satya Nadella ha pagado 7.500 millones de dólares por GitHub. Es la tercera mayor compra de su historia, tras desembolsar 26.200 millones de dólares por LinkedIn en 2016 y 8.500 millones por Skype en 2011. Y aunque pudiera pensarse que el objetivo de Microsoft es hacerse con todo el código que alberga GitHub, la empresa ha dejado claro que la plataforma seguirá operando de manera independiente y que, por supuesto, el código abierto seguirá reinando en este pequeño paraíso de los programadores.
Entonces, ¿para qué querría Microsoft comprar GitHub? La compañía no lo ha hecho público, pero la compra parece encajar con sus reconocidos futuros objetivos: la nube.
Microsoft ha reinado durante décadas en el mundo digital gracias a Windows, pero la llegada de Internet y el desarrollo de la industria móvil los dejó con el pie cambiado: si bien la mayoría de los ordenadores del planeta siguen corriendo Windows (casi el 90% de los PCs del mundo usaban alguna versión de Windows en 2017, según Stadista), tanto el móvil como Internet están básicamente dominados por Google, ya sea con Android (presente en el 80% de los móviles del mundo, frente al 18% de Apple) o con su buscador (el 92% de las búsquedas se realizan con Google, frente al apenas 3% de Bing, que no obstante es el segundo). En dispositivos, Apple ha sido durante los últimos años la compañía más admirada e innovadora, y juega -y gana- ligas como smartphones, tablets y ordenadores, todos ellos con su propio sistema operativo. Mientras, Microsoft ha intentado pelear con fracasos como el Zune o Windows Phone, y solo ha logrado admiración con Surface y éxitos con Xbox. Poca cosa para una compañía con tamaña implantación en un dispositivo, el ordenador, llamado a desaparecer bajo una amalgama de dispositivos de todo tipo capaces de lo mismo.
Consciente de que no todas las guerras se pueden ganar, Microsoft decidió hace poco reenfocar su negocio hacia esa nube que tantas alegrías está dando a Jeff Bezos. Algo que encaja con su propio origen: ellos fabricaban las tripas binarias de los dispositivos. Nada más. Y ahí podemos encontrar sentido a la compra de GitHub: de la noche a la mañana, Microsoft cuenta con cierto poder sobre quienes están diseñando el software del futuro, aquel que dotará de cerebro a los millares de dispositivos que están por llegar de la mano del Internet de las Cosas. También, los encargados de construir los cerebros digitales que darán forma a la Inteligencia Artificial, la Realidad Virtual y Aumentada o los vehículos autónomos. Porque en GitHub se reúnen verdaderos cerebros capaces de hacer real lo soñado, dejando como consecuencia tendencias que Microsoft podrá explorar para hacerse con ellas antes que su feroz competencia. Ese es, de hecho, el miedo de muchos de los usuarios de GitHub: que Microsoft utilice la plataforma en modo espionaje y después aplique las tácticas Zuckerberg que están ampliando el poderío de Facebook... copiar.
En un plano menos maquiavélico, la intención de Microsoft bien podría ser proporcionar sus servicios en la nube (Azure) para hacer funcionar las creaciones de los desarrolladores que frecuentan GitHub. Sería una buena estrategia para evitar que Amazon siga ganando terreno en un segmento del que ya controla el 62%, frente al 20% de Microsoft, pero donde la compañía de Bezos ha perdido un 6% en los últimos meses mientras la capitaneada por Nadella crecía un 4%. De fondo, la siempre presente Google, con un 10% (creció dos puntos en 2017).
En cualquier caso, la compra de GitHub por parte de Microsoft abre un nuevo capítulo en el mundo digital que habrá que analizar con perspectiva. No sería la primera compra de algún miembro del Big Five (Microsoft, Amazon, Google, Apple y Facebook) que en un principio parece descabellada y con el paso del tiempo se demuestra más que acertada. De hecho, nadie está entre las Big Five por habernos acostumbrado a movimientos absurdos. Más bien al contrario. Tiempo al tiempo.