En marzo, un vehículo sin conductor de Uber que circulaba por una carretera de Arizona (Estados Unidos) arrolló a una mujer que cruzaba la calzada con una bicicleta. El accidente se saldó con la muerte de la mujer, de 49 años y que dio positivo en un test de drogas, y con la cancelación temporal de las pruebas de vehículos sin conductor de Uber para analizar lo ocurrido.
Ahora, un informe preliminar de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de los Estados Unidos (NTSB) explica que el vehículo de Uber, que circulaba de noche a 64 kilómetros por hora, no reconoció a la mujer como un peatón, sino como un "objeto desconocido". Lo hizo seis segundos antes del impacto, pero cambió hasta tres veces su versión: también pensó que era un vehículo y una bicicleta. Esto último tiene sentido, ya que la mujer portaba una bicicleta en el momento.
El vehículo no frenó a pesar de estas detecciones, aunque 1,3 segundos antes del impacto el software de autoconducción de Uber estimó que era necesario detener la marcha. No lo hizo porque el sistema de frenado de emergencia estaba desactivado. Los vehículos de Uber circulan con este sistema desactivado cuando están en modo autónomo para reducir posibles movimientos erráticos, según la NTSB. Además, en el vehículo había un técnico de la compañía, que solo se percató del accidente cuando sucedió, como demuestran las imágenes de las cámaras del vehículo, hechas públicas poco después del suceso. El sistema no avisa al conductor sobre la inminencia de un accidente.
El accidente del coche sin conductor de Uber en Arizona ha supuesto la cancelación de las pruebas en este Estado, algo que la compañía fundada por Travis Kalanick anunció apenas un día antes de la publicación del informe. La cancelación ha supuesto el despido de 300 conductores.