Steve Maraboli (1975) es reconocido como una voz líder en comportamiento humano y mentalidad de alto rendimiento y una referencia habitual en publicaciones como Fortune, Forbes o Entrepreneur. Sus contribuciones han llegado a numerosos medios de comunicación y entretenimiento, incluidos The Huffington Post, Psychology Today, Discovery, HBO, CNN, Oprah Magazine, Everyday Health, Reader's Digest, Success Magazine, Fox News, entre las más destacadas.
La información que nos invade diariamente (nunca mejor dicho) es evidente que puede desbordar a un ordenador o bloquear un móvil. ¡Cómo no va a sobrepasarnos a las personas! ¡Por supuesto que sí! Estamos un día sí y otro también sujetos a una cantidad de noticias de los ámbitos políticos, económicos y sociales (son los tres ejes principales que están condicionando nuestras vidas), sin dejar de considerar aquellos otros ámbitos como el equilibrio geoestratégico, Irán y Estados Unidos, o Corea del Norte, por citar cuestiones que un día están más calientes que otros, o cuando éstos citados bajan el tono de preocupación surgen otros nuevos o se reviven antiguos, caso Israel y Palestina…la cuestión es mantener nuestra incertidumbre siempre bien alta.
Pero ¿estamos dedicando tiempo, aunque sea un mínimo de nuestras posibilidades, a pensar y reflexionar? Pareciera ser que no, pero no porque no queramos hacerlo, sino porque no encontramos el momento. Porque vamos al ritmo que nos impone la sociedad, nuestro trabajo…todo aquello que puede resumirse en la palabra VÉRTIGO. Porque administramos como podemos las horas de las que disponemos para ir saliendo los más airosos posibles de nuestras responsabilidades diarias.
Por ello, personalidades como Steve Maraboli son como un indicador de carretera que nos está advirtiendo que tenemos un STOP ahí delante.
Personalmente he llegado a la conclusión que si hacemos un esfuerzo individual cada uno de nosotros en mejorar en nuestras relaciones, tanto a nivel personal como aquellas productos del trabajo diario, poniendo más tolerancia, flexibilidad, paciencia, comprensión, etc., sin duda se produciría una mejoría notable en todos los ambientes en los que compartimos relaciones interpersonales. No es cuestión de una sola iniciativa, sino de todo el mundo.
Contrarrestar toda esa información que nos bombardea con buenas noticias y una onda intangible pero que ayuda a cambiar los ambientes en los que interactuamos las personas, que se llama poner amor en las cosas y respeto hacia los demás. Es por ello que junto a Maraboli, hoy estoy por hacer ver (eso intento) aquel intangible grande pero poderoso que es el amor y que todo lo puede y transforma. No tenemos otro remedio más que contraponer mucho amor al momento actual de resentimiento, odio, supremacías estúpidas, incomprensión, falta de tolerancia, prioridades humanas no respetadas y un largo etcétera.
Maraboli dice que “el mejor amor es el que te hace una mejor persona sin pretender cambiarte más que a ser tú misma/o”, y desde ya que acierta. ¡Porque la obsesión de querer adaptar la otra persona a nosotros!
O cuando nos ilustra con algo tan simple como “algo hermoso sucede cuando comenzamos a prestarnos atención el uno al otro. Al participar más en nuestra relación le damos vida”.
¿Qué es lo que emana de sus pensamientos? Que el amor es tolerancia, comprensión y especialmente adaptación de una persona con la otra. Diría que Maraboli entiende como yo (mejor dicho yo entiendo como él) que en el amor (el verdadero) nos fundimos uno en el otro especialmente en la aceptación de cómo somos y en el esfuerzo que debemos hacer por el bienestar de la otra parte (nuestra mitad) en las relaciones de pareja.
En el caso en que estamos refiriéndonos a amigos (lealtades y confianza de por vida) también exigen esa dosis de comprensión y adaptación constante. En los ambientes de trabajo, también hay que ceder para que nuestros egos estén más o menos cómodos, se acepten y compartan buenos momentos además de cumplir con responsabilidades.
Pero qué duda cabe que la máxima expresión del amor se manifiesta (no es la única) en las relaciones de pareja. No es exclusiva, porque cuando las ONG’s, los misioneros y tantas otras personas que en nuestro planeta están trabajando contra el hambre, enfermedades y pobreza, también es una extensión (sin duda alguna) de lo que es el amor y más aún: lo que debe ser el amor.
Maraboli sentencia respecto del amor diciendo “le deseo un amor que sea hermosamente expresado con palabras e incuestionablemente definido por acciones”, por aquello de que “obras son amores y no buenas razones”.
O cuando dice que “alguien que te ama revelará cosas hermosas dentro de ti, cosas que nunca antes habías notado... cosas que a nadie más le importan”, esto nos ha ocurrido alguna vez a todos.
Entre este despertar a esas cosas privativas que a ningún otro ser le importan y el encontrar -como dice Maraboli- “que la mejor manera de amar a una persona no es cambiándola, sino ayudarla a revelar la mejor versión de ella misma”, nos muestra (lo comparto y quiero mostrarlo a mis lectoras/es) qué amplio es el espectro posible de todas las variaciones que el amor nos da y que deberíamos sostener entre todos, como un gran intangible que en realidad es la gran piedra sobre la que se asienta la humanidad.