La guerra viene de lejos: las compañías de telecomunicaciones llevan años invirtiendo en la mejora de las redes, que después son utilizadas por otras plataformas como base de sus negocios a coste cero. En muchas ocasiones, haciendo la competencia a sus tradicionales servicios, fuertemente regulados. El hecho de que estas plataformas se consideren compañías tecnológicas hace que sus productos no estén apenas regulados, aunque en la práctica presten servicios similares. De hecho, WhatsApp o Skype permiten realizar llamadas, pero no son considerados servicios de telefonía y ni siquiera se catalogan desde el punto de vista legal como compañías de telecomunicaciones. Son, simplemente, aplicaciones. Poco más que una web. De ahí la queja de las telecos, generalmente encabezada por Álvarez-Pallete por su papel al frente de la principal compañía de este tipo de España, a su vez una de las más importantes del mundo. "WhatsApp está canibalizando muchos de nuestros servicios, pero eso no significa que tengamos que arrojar la toalla", ha explicado durante su participación en el IX Foro de Liderazgo Turísticos de Exceltur. Las telcos asumen que ya no son las únicas con capacidad para prestar determinados servicios, pero exigen "las mismas reglas, las mismas obligaciones y los mismos derechos", en palabras de Álvarez-Pallete, quien dejó claro no tener problemas en que algunas de estas aplicaciones no estén reguladas, "pero si ellos no lo están, nosotros tampoco".
Innovaciones e inversiones
Las telcos, por su papel en la economía digital, están obligadas a una constante adaptación al cambiante mundo. Por eso Álvarez-Pallete también habló de transición digital, de la que reconoció que durante unos años se obtienen dificultades que necesariamente han de ser digeridas para poder adaptarse al cambio en lugar de sucumbir a ello.
Una de las claves para afrontar con éxito la transición es invertir de manera adecuada, algo que tiene que ser "muy fuerte". Telefónica, según explicó Álvarez-Pallete, invierte cuatro veces más de lo que paga en dividendos a sus accionistas, y entre 2012 y 2017 ha destinado 71.000 millones de euros a la mejora de las redes, lo que ha permitido que España cuente con mayor cobertura de fibra que Alemania, Francia, Reino Unido e Italia juntos. También ha hecho hincapié en la adopción de nuevas realidades como la inteligencia artificial y el 5G, conectividad que "desembarcará a toda velocidad" dentro de 3 o 4 años, y que permitirá aumentar tanto la velocidad como la capacidad de conexión, a la vez que eliminar la latencia. Todo ello impulsará, a su vez, nuevas realidades como la conducción autónoma o la cirugía remota, donde la inmediatez es la clave para su correcto funcionamiento.