La tecnología, cuando es bien empleada, puede cambiar la vida de muchas personas. Es lo que han hecho dos jóvenes italianos con 'Talking Hands' ("manos que hablan"), un guante con sensores que se conecta con el móvil a través de Bluetooth y que capta los movimientos de la mano de quien lo lleva. El objetivo es que los sordomudos se expresen en lengua de signos y que el guante recoja los movimientos y los transfiera al móvil, donde una app convierte los movimientos en voz. "De esta manera, las personas sordomudas podrán mantener una comunicación básica con todos", explica Francesco Pezzuoli, inventor, junto a Dario Corona, de este guante.
El dispositivo puede traducir la lengua de signos a cualquier idioma, pero ni siquiera será necesario ceñirse a las normas de este lenguaje: quien lo utilice lo podrá configurar a su gusto, estableciendo nuevos movimientos y otorgando a cada uno de ellos un significado en particular.
A pesar del potencial del guante, que permitirá a los sordomudos comunicarse con personas que desconocen la lengua de signos (y dar conferencias, por ejemplo), Pezzuoli y Corona fueron rechazados por una empresa estadounidense, por lo que decidieron presentar su proyecto a varios concursos de start-ups. En 2016 consiguieron el R.O.M.E. Prize de la Maker Faire Rome, dotado con 100.000 euros por ser el "proyecto con mayor impacto social".
Sus desarrolladores, además, han abierto una campaña de crowdfunding para recaudar 200.000 euros que permitan lanzar una nueva versión de 'Talking Hands' que ocultará los cables para que el producto sea más cómodo y atractivo. La idea es que el guante pueda estar en el mercado a finales de 2018. Su coste rondará los 600 euros.