El 29 de mayo entraron en el portal de Internet de la TV pública americana PBS para colgar una exclusiva sensacional: el rapero Tupac Shakur, asesinado en Las Vegas en 1996, había sobrevivido a sus heridas y ahora vivía en secreto en Nueva Zelanda. La noticia fue rápidamente desmentida, sin lograr impedir que se extendiera como mancha de aceite en las redes sociales.
También le han dado “kaña” a la Fox, pirateando los e-mails y las claves de varios centenares de empleados de la cadena de TV, tomándolos con total impunidad de Linkedin.
Han anunciado que van a atacar a Sony. Utilizan Twitter y se ríen de los técnicos de la red social: “El barco Lulz navega libremente a través de vuestros sistemas clamorosamente caducos”. La historia se recoge en la jugosa página de “Le Monde” dedicada a Redes y Medios. Y es que las redes y los medios están cada vez más entrelazados. Y Twitter es, tras Google, un gran medio global. Y el “infoterrorismo” se extiende por esos nuevos vericuetos.
El filósofo francés Luc Ferry cuenta en una TV que un exministro galo ha sido pillado con menores en Marrakech. Twitter le pone rápidamente nombre. El aludido protesta vivamente. Ferry admite que no tiene la menor prueba…
El 1 de junio, Google anuncia que han sido pirateadas numerosas cuentas de su servicio gmail. El ataque, de gran escala, procede de la ciudad china de Jinan, según Google. “Necesitamos un tratado internacional de no proliferación cibertecnológico”, dice Michael Rake, presidente de British Telecom.
El “infoterrorismo” apenas empieza.