La relación del duopolio con la prensa parece regirse por la máxima de “dar una de cal y otra de arena”. Por un lado, ponen en marcha acciones que se encaminan a mejorar el trabajo de los medios de comunicación y a financiar sus proyectos más innovadores. Por otro, son acusados de llevar a cabo prácticas monopolísticas, pagar pocos impuestos o atesorar la mayor parte de los ingresos publicitarios. ¿De qué lado se inclina la balanza?
Acusar de todos los males de la prensa a la posición dominante de Google y Facebook en Internet sería demasiado simplista. Los medios de comunicación no han sabido realizar una transición digital a la que arrastraran a sus lectores y anunciantes, educando a los primeros en el rechazo a la utopía del ‘todo gratis’, y convenciendo a los segundos de que son capaces de hacer llegar sus mensajes al público deseado.
Sin embargo, es evidente que estas dos empresas se han convertido en grandes rivales para los medios. Sin ser creadores de contenidos, Google y Facebook distribuyen informaciones de terceros mientras facturan cantidades ingentes de dinero a su costa. Según publicamos en otra información, la facturación total de Google alcanzó los 90.200 millones de dólares el año pasado, y la de Facebook los 27.600 millones.
A principios de año, el senador del Partido Laborista australiano Sam Dastyari aseguró que el periodismo de interés público podría morir, a menos que el Gobierno tomara medidas para proteger esta industria y se encontrara una nueva solución de financiación. Dastyari proponía una estructura de incentivos fiscales para los medios y gravar al duopolio.
Según un informe de la Eurocámara, los estados miembros de la Unión Europea dejaron de ingresar 5.400 millones de euros en impuestos entre 2013 y 2015 porque Facebook y Google tributan en Irlanda. En España la cifra alcanza los 482 millones.
Recientemente, el vicepresidente de Google News, Richard Gingras, se ha reunido en Australia con los editores para trasladarles el deseo de la compañía de colaborar con ellos y de paso defenderse de las críticas. Gingras ha asegurado que no fue Google, sino la irrupción de Internet, lo que provocó que cambiara completamente el ecosistema: de algo parecido a un “monopolio” ejercido por los editores, a evolucionar hacia “un mercado completamente nuevo y abierto”.
Tras incidir en que Google es la primera empresa interesada en crear un ecosistema saludable para Internet y la publicación de noticias, “no solo porque pensamos que es una buena idea, sino porque tenemos intereses comerciales para asegurarnos de que lo sea”; negó que pueda hablarse en términos de “robo de los dólares de la publicidad”. “No nos los llevamos ni se lo robamos a nadie. Tuvimos la fortuna de desarrollar un servicio atractivo con Google Search”, que ha resultado ser “un gran lugar para publicar anuncios”.
Relación entre Google y los medios
Gringas puso de manifiesto que Google canaliza 11.000 millones de dólares anuales que regresan al ecosistema editorial en forma de ingresos compartidos con los editores. Además, una parte importante de los ingresos de los medios en la actualidad son las suscripciones, que solo son viables si se ofrece un producto valioso por el que merezca la pena pagar. Google se erige como un aliado que apoya financieramente a los medios para sacar adelante sus proyectos a través del programa Digital News Initiative (DNI). Pero quiere ir mucho más allá.
El gigante de Internet se ha propuesto ayudar a los medios a sumar nuevos suscriptores. Una de las iniciativas que ha puesto en marcha es la de abandonar la política del ‘First Click Free’, que permitía a los usuarios acceder desde Google News a tres artículos diarios sin necesidad de pagar una suscripción. Por otro lado, la compañía está manteniendo conversaciones con ‘Financial Times’, News Corp y ‘The New York Times’ para desarrollar nuevas herramientas de Inteligencia Artificial que faciliten la comercialización y venta de suscripciones online. Mediante el uso de datos de usuario de Google, es posible encontrar suscriptores potenciales y adaptar las ofertas de suscripción. Según una información del propio ‘Financial Times’, Google presentará el nuevo “instrumento de suscripción” en las próximas semanas, y ya planea ponerlo a disposición de otros editores para ayudarles a monetizar mejor su contenido.
Con qué Google nos quedamos, ¿con el que financia proyectos de los medios o con el que gana millones en publicidad mientras reparte unas migajas con unos medios que son los verdaderos creadores de contenidos? ¿Con el solidario o con el que lleva a cabo prácticas monopolísticas? (La Comisión Europea le ha multado con 2.400 millones por favorecer su propio servicio de compras en las búsquedas). ¿Con el que dota a la prensa de herramientas para conseguir nuevos suscriptores o con el que penaliza a los medios que se resisten a aceptar sus políticas? Según Robert Thomson, consejero delegado de News Corp, los medios que decidieron no formar parte del programa 'Primer Click Gratis', prácticamente desaparecían de la búsqueda. Los medios españoles ya han sufrido en sus carnes algo parecido. Exigir el pago de una tasa por citar y enlazar sus noticias provocó el cierre de Google News España. Richard Gingras ha recordado lo que supuso para la prensa tomar esta decisión: “el tráfico de noticias se redujo y los pequeños editores se vieron más perjudicados que los grandes”.
‘Facebook Instant Articles’
Según un informe de eMarketer, Facebook acapara el 35% de la publicidad digital en EEUU. La compañía no produce contenidos propios, pero se beneficia de los que publican sus usuarios, entre ellos los medios de comunicación. La compañía de Mark Zuckerberg ha sido acusada de vampirizar a la prensa a través ‘Instant Articles’. Gracias a este servicio, los usuarios no tenían necesidad de salir de la plataforma para conocer las últimas noticias, al igual que Facebook Live convierte en innecesaria la visita a YouTube, o la adopción por parte de WhatsApp e Instagram de las herramientas de competidoras como Snapchat hacen que los usuarios no sientan la necesidad de tener presencia en otras redes sociales.
Muchos medios como ‘The Washington Post’ han optado por ofrecer todos sus contenidos en ‘Instant Articles’. Sin embargo, otros no menos importantes como ‘The New York Times’, ‘The Times’ o ‘Forbes’ decidieron salir de la plataforma al considerar que su prioridad era conseguir suscriptores y tráfico para sus webs. A Facebook no le ha quedado más remedio que cambiar de estrategia y posibilitará a los usuarios el acceso a diez artículos al mes de forma gratuita, para luego redirigir a los lectores al sitio web del creador del contenido y convertirse en suscriptores.
Los medios que optaron por potenciar sus páginas de Facebook pensando que así controlarían mejor sus contenidos, también estaban equivocados. Los cambios de algoritmo hicieron caer un 52% el tráfico de los medios en 2016. Por si esto fuera poco, un informe de WAN-IFRA acaba de dar a conocer que la red social tan solo contribuyó a un 7% de los ingresos de los principales miembros de la asociación, aunque la media apenas alcanza el 3%. Una cuarta parte de los editores encuestados aseguró que ni siquiera obtuvo ingresos directos de Facebook. El informe recalcaba que proporcionalmente esta red social comparte menos ingresos con los creadores de contenidos que Google, Spotify, YouTube o Twitter.
De nuevo estamos ante una diatriba. Facebook no aporta apenas ingresos a los medios… pero estos le necesitan. Un estudio de Reuters Institute incide en que el 80% de los usuarios de Internet utilizan al menos una de sus plataformas semanalmente (Facebook, WhatsApp, Messenger o Instagram). El 54% de los encuestados asegura que lo hace para acceder a las noticias, por lo que es una puerta de entrada a los contenidos que no debe menospreciarse.
Con el advenimiento de las ‘fake news’, en Europa surgieron voces como la del ministro de Justicia alemán, Heiko Maas, que llegó a pedir a las autoridades europeas que la red social fuera considerada un medio de comunicación. Si recibiera ese tratamiento, estaría sujeta a la misma legislación que regula a la prensa, es decir, que sería responsable de los contenidos que se publican en la plataforma. Michael Bloomberg ha sorprendido recientemente con unas declaraciones en las que señalaba que Facebook tenía la misma responsabilidad de combatir las noticias falsas como un banco de detener el lavado de dinero o una compañía telefónica de saber de dónde provienen las llamadas. “Tenemos leyes que lo protegen, y esas leyes también deberían aplicarse a los medios sociales”. “Y si dicen: ‘Bueno, no hay manera de hacerlo si no es poniendo a un humano a leer todos los mensajes’, lo siento, van a tener que hacerlo. Ese es su problema, no el de la sociedad”. Por el momento, Facebook ha iniciado su ‘Proyecto de Periodismo’. Su objetivo es desarrollar productos para los medios, además de entrenar y dotar de herramientas a periodistas y usuarios, en un intento por demostrar que se toma muy en serio la lucha contra las noticias falsas.
¿Héroes o villanos? ¿Aliados o enemigos? Los próximos meses serán clave para saber si el duopolio Google-Facebook tiene un interés real por apoyar a los medios o sus iniciativas no son más que fuegos artificiales.