Los últimos ciberataques han puesto en relieve el problema de la ciberseguridad. No es para menos, ya que a la pérdida de datos se suma el coste que tendrá para la economía global no defenderse de estos ataques: 8 billones de dólares en 2022. Pero la concienciación es incipiente, algo que demuestra el hecho de que solo el 2% de los datos corporativos están encriptados, frente al 80% de los que circulan por dispositivos móviles.
Para contribuir a una mejor defensa frente a los ciberataques, IBM ha lanzado 'IBM Z', un nuevo sistema informático que hace de la encriptación su centro absoluto, lo que ayudará a sectores que van desde el financiero hasta el sanitario, pasando por el gubernamental o el de la distribución. IBM Z permite encriptar todos los datos asociados con una aplicación, servicio en la nube o base de datos y puede realizar hasta 12.000 millones de transacciones al día. Además, gestiona las claves de acceso y las destruye automáticamente si detecta un intento de intrusión, recuperándolas en modo seguro una vez pasado el peligro. Y para las compañías que utilicen sus propias APIs, el sistema es capaz de encriptarlas tres veces más rápido que con opciones anteriores.
Uno de los objetivos de IBM Z es cumplir los nuevos estándares de protección de datos de la Unión Europea, algo para lo que ya está diseñado.
IBM Z ha sido diseñado sobre la base del mainframe, el sistema informático más potente del mundo, que ya soporta el 87% de las transacciones con tarjeta de crédito (29.000 millones de transacciones al año en cajeros automáticos, con un valor cercano a los 5.000 millones de dólares diarios). Según datos proporcionados por IBM, 92 de los 100 bancos más grandes del planeta confían ya en este sistema, que también se encarga de gestionar 4.000 millones de vuelos cada año.
Junto al anuncio de IBM Z, la compañía estadounidense también ha presentado la opción de contratar servicios blockchain en IBM Cloud. Seis centros de datos de la compañía, situados en Dallas (EEUU), Londres (Reino Unido), Frankfurt (Alemania), Sao Paulo (Brasil), Tokio (Japón) y Toronto (Canadá), se encargarán de prestar este servicio basado en las prometedoras cadenas de bloques, una revolución dentro de Internet que empieza a despuntar por sus múltiples aplicaciones de alta seguridad.