Las compañías tecnológicas son especialistas en crear nuevos mercados, algo innato en unas empresas nacidas de la nada y convertidas en gigantes que dominan cualquier área en la que decidan entrar. Amazon lo demostró con el lanzamiento de 'Echo' hace apenas dos años: un altavoz dotado de Inteligencia Artificial que interactúa con el usuario para realizar tareas (más de 1.000 en la actualidad). Su precio (179 dólares) y su facilidad de uso (solo es necesario pedir lo que se desea y el aparato se encarga del resto) lo han convertido en un miembro más de la familia: se calcula que 1 de cada 10 hogares estadounidenses ya cuentan con un Amazon Echo. Unas cifras que no dejan de crecer y que llevó a finales de 2016 a Google a reaccionar con 'Google Home', su propia versión de este nuevo mercado.
El hecho de que Amazon y Google se estén encargando de abrir el camino ha llevado a Apple a plantearse entrar de lleno en un mercado que dibuja el futuro de la tecnología (o uno de sus futuros): por un lado, la interacción por voz será la manera predominante de utilizar los dispositivos tecnológicos, máxime conforme mejore la comprensión de los asistentes de voz y puedan ofrecer mejores resultados gracias a su combinación con la Inteligencia Artificial. Por otro lado, el Internet de las Cosas, que en realidad solo supone dotar de conexión a la Red a realidades que hasta ahora carecían de ello, abrirá un amplio abanico de posibilidades de negocio a quienes sepan aprovecharlas.
Este nuevo mercado es un paso intermedio entre las casas tradicionales y lo que nos viene a la mente cuando hablamos de domótica: hogares inteligentes donde un ordenador controla más cosas que nosotros mismos. Como todo eso requiere una infraestructura al alcance de muy pocos, las soluciones de Amazon y Google, aderezadas con bombillas inteligentes, termostatos conectados o persianas automáticas (objetos relativamente asequibles), se han convertido en la domótica que veremos a medio plazo.
La cuestión es que Apple ya tiene un pie puesto en este sector: en 2014 presentó 'HomeKit', una plataforma que involucra a Siri en el control de algunos aspectos inteligentes del hogar. Una especie de estándar, dado que simplifica la conectividad de realidades que provienen de distintos fabricantes. Pero HomeKit no tiene un dispositivo específico, sino que está pensado para funcionar en iPhone o iPad, lo que sitúa a su solución de hogar conectado en un lugar muy diferente al que ahora ocupan Amazon o Google, que al lanzar dispositivos específicos han logrado colocarse por encima a pesar de llegar después y ofrecer prácticamente lo mismo.
Se rumorea que los planes de Apple para lanzar un altavoz inteligente no solo están avanzados, sino que la presentación sería inminente. Pero algunos expertos van más lejos y creen que Apple no se contentará con poner en el mercado un altavoz con conexión a la Red, sino que irá más lejos y repensará el incipiente sistema de domótica para todos: será más caro y formará parte de un conjunto de dispositivos para el hogar. El aparato en cuestión podría incluir una cámara para reconocer el rostro de cada miembro de la familia y parece ser que no almacenaría los datos en la nube, sino en el propio dispositivo. La idea no es trasladar HomeKit a un altavoz, sino que el altavoz sea un nodo más en una red de dispositivos en los que el iPhone, el iPad e incluso Apple TV seguirán teniendo su función. "En lugar de posicionar cualquiera de estas tecnologías o servicios básicos como el producto principal, Apple los posicionaría como ingredientes de una experiencia general que se encuentra en el ámbito del entretenimiento", ha señalado Neil Cybart, analista de Above Avalon, en un informe que profundiza en los rumores sobre un hipotético 'Apple Home'.
Esta opinión camina en línea con la idea de que Apple quiere posicionarse como un gigante del entretenimiento con la tecnología como vehículo (ya sea creando sus propios contenidos o adquiriendo empresas como Disney -rumor que va y viene periódicamente-), aunque sin dejar de lado sus planes por seguir siendo un actor disruptivo en sectores como el de la automoción (su coche autónomo también parece inminente) o la electrónica de consumo.