Las aplicaciones de chat son las plataformas de comunicación más exitosas entre grupos de amigos. Por ello, algunos medios ya tienen una línea abierta en estos canales para poder comunicarse con su audiencia de una forma rápida y efectiva. Descubre la manera de sacar más partido a Line, WhatsApp, Messenger o Kik.
CNN: crear un hábito
La cadena CNN es uno de los medios que mejor ha entendido el poder de las apps de chat. En 2016 empezó a utilizar Line, Kik y Facebook Messenger para crear un hábito a una nueva generación a la que no había llegado antes. Al convertirse en hábito, esos usuarios volverán a CNN con independencia de la plataforma en la que se encuentren.
En Line es la compañía de noticias con más seguidores, 4,7 millones, la mayoría en Asia. Actualmente CNN publica entre 6 y 12 post diarios. Los usuarios demandan un resumen con los titulares del día y según avanza la jornada, prefieren piezas más largas y en vídeo. La cadena cuenta con un grupo de empleados que trabaja exclusivamente en la producción de archivos GIF, stickers, animaciones, etc. Sus stickers en forma de presentadores y corresponsales fueron descargados por 3 millones de personas. Pero su mayor apuesta son los mensajes de vídeo, los preferidos en países como Corea, Taiwán y Japón. Hay un 80% de contenido reutilizado en vídeo y un 20% original. Los usuarios consumen vídeos de diferente duración, ya que están acostumbrados a utilizar Netflix en sus teléfonos móviles.
En Facebook Messenger, la CNN ha cubierto debates políticos y acontecimientos mundiales en directo. Además, cada mañana envía cinco historias a los lectores. Los editores tienen en cuenta la hora del día y el tipo de audiencia a la que intentan alcanzar, incluso los usuarios puede elegir las historias sobre las que quiere saber más. CNN fue una de las primeras compañías en adoptar la plataforma bot de Messenger, aunque un año después reconocen que no está tan avanzada como a la gente le gustaría.
Finalmente, para CNN la app Kik ha supuesto una revelación en la manera de comunicarse con los jóvenes de entre 13 y 17 años en EEUU. Durante los JJOO de Río, el canal puso en marcha una experiencia en la que los usuarios podían decidir si preguntar algo a las personas que caminaban por la playa de Copacabana o dejarles que siguieran su camino. También recrearon la vida de una deportista, con los usuarios poniéndose en su piel y tomando decisiones. Otra de las ideas más interesantes fue crear en la noche electoral gráficos personalizados, GIF, stickers, emojis, etc, de forma que la audiencia pudiera compartir la noticia de la manera en que está acostumbrada a comunicarse. La participación fue masiva: cientos de miles de usuarios se suscribieron y enviaron o recibieron 5 millones de mensajes.
‘La Silla Vacía’: detectar ‘fake-news’
‘La Silla Vacía’ es un medio colombiano que ha decidido utilizar WhatsApp para frenar los bulos que circulan en este tipo de chats. Las famosas “cadenas” que comparten los usuarios en los grupos de la aplicación ayudan a expandir noticias falsas que incluso pueden influir en decisiones tan importantes como el referéndum sobre el acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC. La directora de este medio, Juanita León, asegura que en la redacción se dieron cuenta de que los ciudadanos no utilizan necesariamente la información que aparece en los medios para tomar sus decisiones.
Con una audiencia de 550.000 lectores únicos al mes, en 'La Silla Vacía' sentían la necesidad de atajar las noticias falsas y dar a sus lectores herramientas para formar opiniones basadas en hechos comprobados. Así nació WhatsApp Detector, un servicio de 'factchecks' de cadenas de mensajes virales que circulan en la plataforma. Son los propios usuarios los que envían a la cuenta de WhatsApp de ‘La Silla Vacía’ un mensaje que hayan recibido y del que quieran conocer su grado de veracidad. Desde que se puso en marcha el 30 de enero, ya han recibido una media de 15 historias semanales. El equipo de redacción se encarga de revisar los datos, consultar fuentes y etiquetar las cadenas como ‘verdadera’, ‘falsa’, ‘exagerada’, ‘discutible’, etc., además de añadir las aclaraciones convenientes. Alrededor de un 90% de las historias resultaron ser falsas.