El Congreso de Huesca vivió una de sus ediciones más atípicas: se habló mucho de política, se oyeron voces críticas con el medio digital e incluso tuvo más presencia que nunca el medio radiofónico con representantes como Javier Gallego y Julia Otero. La periodista mantuvo una charla con Ignacio Escolar sobre la relación entre la radio e Internet, el polémico comunicado de la APM o cómo abordan los periodistas su trabajo en la era de la posverdad.
La XVIII edición del Congreso de Periodismo Digital de Huesca se cerró con el coloquio entre el director de “eldiario.es”, Nacho Escolar, y la directora de “Julia en la Onda’, Julia Otero. La periodista agradeció la invitación para representar en este Congreso a un medio como la radio. Un negocio que, al contrario que el de la prensa impresa, se ha visto muy beneficiado con la llegada de Internet y las redes sociales. Sin embargo, esta realidad no se ha venido reflejando en la medición de audiencias del Estudio General de Medios, algo que Julia criticó abiertamente. En su opinión, no están justificadas las quejas de que los jóvenes dan la espalda a la radio generalista, cuando no se les ha tenido en cuenta a la hora de contabilizar cuántos les sintonizaban por Internet o se descargaban sus audios. Desde enero, el EGM está empezando a preguntar a los usuarios, a través de llamadas telefónicas, si escuchan podcasts. Los resultados se conocerán en breve, aunque ya se habla de alrededor de un 6%, que Julia estima superior.
La radio también está viviendo un gran idilio con las redes sociales. Los oyentes de ‘Julia en la Onda’ forman una comunidad que debate los temas del programa y cuyos puntos de vista lleva a antena la propia presentadora en tiempo real. Aunque es consciente de que sus 100.000 seguidores en las redes más importantes solo representan a una quinta parte de su audiencia y no conviene extrapolar sus opiniones al total, también cree que no se debe valorar como si fuera un grupo pequeño, muy distinto a los demás.
Presiones a periodistas
Como no podía ser de otra forma, los ponentes quisieron dar su opinión sobre el comunicado lanzado por la APM denunciando el acoso de Podemos a un grupo de periodistas. Tanto Nacho Escolar como Julia Otero coincidieron en que las presiones han existido siempre, pero que solo tienen importancia si el que las profiere puede cumplir esa amenaza. Únicamente alguien con poder puede interferir en la vida profesional de un periodista hasta el punto de conseguir que le echen o cambien de puesto. En esos momentos es cuando se ve al buen jefe, aquel que “recibe las presiones, las metaboliza, las digiere, las gestiona, incluso puede ocultarlas a aquella persona cuyo trabajo es cuestionado”, señaló Otero. Nacho Escolar aseguró que en su caso, hay veces que traslada esas presiones al periodista “para que se vea fortalecido” al saber que no tendrán ningún efecto, y otras no le comenta nada para no influir en su trabajo. Cuando el periodista Luis Fernández era su jefe, le decía: “vamos a actuar como si fuésemos libres. Y: ante la duda, periodismo”. Después le echaron de Telecinco por informar sobre el Prestige o el No a la Guerra. Julia Otero también resultaba molesta en Onda Cero y en 1999 fue despedida siendo líder de audiencia.
Volviendo nuevamente al comunicado de la APM, Nacho quiso resaltar que lo bueno es que ha sentado un precedente que permite pensar que cada vez que un periodista denuncie presiones políticas, la asociación le va a amparar. En cambio Julia catalogó esa visión de “demasiado optimista”, ya que la sociedad tiene una memoria “corta y selectiva”. Lo que es peligroso, a juicio del director de ‘eldiario.es’, es que en Podemos están aprovechando los errores que la prensa comete contra ellos “para generar una vida extra”. Cada vez que sale una noticia negativa sobre el partido, en lugar de rendir cuentas se escudan en que la prensa pone en marcha la máquina del fango porque está contra ellos.
La posverdad
La palabra del año 2016, según el Diccionario de Oxford, fue ‘posverdad’. Y el principal impulsor de esta nueva realidad es el presidente de los EEUU, Donald Trump. Escolar aseguró que el mandatario ha sabido aprovechar “la falta de credibilidad de los medios para hacer una llave de judo contra ellos”. Otero añadió que hoy en día “los datos son opinables”, hasta el punto de que los políticos se dedican a refutarlos sin ninguna prueba. “Mentir se ha convertido en una forma de relacionarse con el mundo”, aseguró, algo que era totalmente impensable en la época del Watergate. A las mentiras de políticos como Soria, al que Nacho llamó “mentiroso” en un artículo tras ganar un juicio en el que ellos eran los acusados de mentir; se suma la falta de credibilidad de los profesionales de la información. “Los ciudadanos se dan cuenta que a veces lo que contamos y defendemos atiende menos a la verdad que a los intereses de quien nos paga o la ideología que tiene ese medio”, señaló Julia.
El pensamiento único
Sin embargo, también es la propia ciudadanía la que sigue a determinados medios para reafirmar sus convicciones, lo que Otero llama realizar una “inmersión ideológica”. Escuchar solo una cadena o leer el mismo periódico hace creer al ciudadano que está ante la verdad, lo que produce un “empobrecimiento cultural y crítico”. Para Escolar, este fenómeno se ha agravado por culpa de los algoritmos de redes sociales y buscadores. El hecho de que la tecnología ofrezca resultados en función de búsquedas anteriores o intereses, provoca lo que él califica como el “efecto visión túnel”, que consiste en creer que “la realidad es lo que ves en tu timeline”. Precisamente la función de los medios no era contar al lector solo lo que le interesara, “sino también la realidad que no le interesa, pero debería conocer”.
El periodismo de pago
Finalmente, Julia Otero quiso destacar la importancia de pagar por leer noticias y puso como ejemplo la investigación que llevó a cabo ‘eldiario.es’ para demostrar que el ministro Soria mentía al asegurar que había pagado de su bolsillo las vacaciones en un hotel de lujo de Punta Cana. El diario tuvo que enviar al resort a un periodista para demostrar la veracidad de su denuncia y eso tenía un alto coste. “La investigación es cara. Si no se paga por la información, no se puede pretender que sea veraz”. La periodista aseguró que está suscrita a 5 o 6 diarios digitales, incluida alguna cabecera con cuya línea editorial no se siente afín. Tras dar un toque de atención a los periodistas instándoles a que apoyen a estos medios con su dinero, Julia y Nacho recordaron a los presentes que “si no eres el cliente, eres la mercancía. Si tú no pagas, eres el producto”.