Changying Precision Technology Company, que fabrica teléfonos móviles, ha decidido eliminar al 90% de los trabajadores humanos y sustituirlos por robots. De este modo, ha pasado de tener 650 empleados a 60, una cifra que bajará aún más: los directivos de esta factoría ubicada en Dongguan (China) creen que con 20 personas bastará para mantener a buen ritmo la producción. El resto serán robots.
La primera fase parece que ha funcionado: según datos aportados por la empresa, la producción ha aumentado un 250% y los defectos en los productos han caído un 80%. Es decir: sin humanos están fabricando más y mejor (y más barato).
Este ejemplo puede resultar extremo, pero no es el primero y no será el último. Hace poco una aseguradora japonesa anunció la sustitución del 26% de su plantilla por robots, medida con la que buscaba aumentar la productividad en un 30%... y ahorrar un millón de euros al año. Grandes compañías como Adidas ya han anunciado su intención de crear fábricas en las que sólo trabajen robots, mientras que en algunos países de Asia son frecuentes las llamadas 'fábricas oscuras', que ni siquiera tienen iluminación porque los únicos trabajadores son máquinas. Por su parte, Foxconn, el mayor fabricante de tecnología del planeta, quiere automatizar el 30% de sus plantas en China de aquí a 2020.
El rápido avance de la robótica está generando un debate acerca del futuro que espera a muchas profesiones (o más bien a sus actuales trabajadores). Según la OCDE, el 9% de los trabajadores podrían perder su empleo en los próximos años, cifra que en países como España puede llegar al 12%. Otras cifras menos halagüeñas para algunos humanos dicen que hasta el 47% de los empleos serán automatizados. En paralelo, existen incluso listas de trabajos que desaparecerán, como la realizada por dos profesores de la Universidad de Oxford: albañiles, carpinteros, carniceros, reparadores de relojes, secretarios judiciales, cajeros, pulverizadores de pesticidas, teleoperadores, repartidores, conductores...
En paralelo, desde el sector de la robótica no creen que el escenario futuro sea tan dramático: los robots serán una herramienta más que convivirá con empleados humanos y, sobre todo, los necesitará para funcionar, y comparan la revolución que traerán a la economía y la sociedad con la que produjo la Revolución Industrial en su momento: las máquinas sustituyeron a los humanos en algunos empleos, pero también permitieron crear nuevas industrias que necesitaron abastecerse de nuevos trabajadores. Por eso también comparan los miedos de entonces con los de ahora.