Desde hace meses se habla de la Nintendo Switch e incluso se habían visto algunas imágenes filtradas. La diferencia es que ahora ha sido presentada oficialmente y ya se conocen todos los detalles de la revolución que ha preparado Nintendo. Y es una revolución real.
La Nintendo Switch será la primera consola que no necesite un televisor para su disfrute. Esto rompe por completo el modelo de videoconsola conocido, que consiste en un aparato conectado a un televisor. De este modo, se podrán disfrutan los juegos de la Switch en cualquier lugar, ya sea en casa o en la calle. El usuario tendrá una autonomía de entre dos y seis horas.
Para hacer realidad este sueño, Nintendo ha recurrido a una estructura modular, una de las tendencias del mundo tecnológico. La Nintendo Switch tiene una base (la propia consola), una especie de tablet y un mando desmontable. La gracia del asunto está en el mando desmontable, ya que permite acoplar en él la tablet. Ese será el dispositivo que permitirá jugar en cualquier lugar. Para el que quiera jugar en casa, bastará con utilizar la base. El mando, al ser modular, podrá adaptarse a cada juego: se compone de dos mitades que se pueden utilizar juntas (como un mando tradicional) o por separado (como mandos similares a los de la Wii). De este modo, las distintas combinaciones permiten tener varias consolas en una.
Por lo demás, la Nintendo Switch mantendrá el espíritu de la compañía: veremos a Mario (llegará en Navidad de 2017), a Pokémon (probablemente una versión del juego para móviles que arrasó el verano pasado) y a Link (Zelda que saldrá a la venta a la vez que la consola, el próximo 3 de marzo). Se venderá a 299 dólares (329 euros). Tendrá una única versión para todos los países (rompiendo con otra tradición en el mundo del videojuego, que hace incompatibles tanto los aparatos como los propios juegos entre distintos mercados), lo que permitirá utilizar juegos comprados en cualquier país, dado que siempre serán compatibles. La nueva Nintendo, que saldrá a la venta al mismo tiempo en Japón, Europa y Estados Unidos, no sólo es móvil, sino internacional. Por ahí va el futuro.