Los coches que salen al mercado llegan altamente tecnificados: cámaras que controlan distintas partes del vehículo, pantallas que muestran información, avisos sonoros, ayuda a la conducción… En ocasiones, estas opciones están restringidas a los modelos de alta gama, muchas veces incluso con un coste adicional. Pero la realidad es que sólo el 20% de los vehículos que circulan por Estados Unidos es nuevo, lo que ha originado un nuevo nicho para empresas emergentes que están llevando la tecnología de los coches nuevos… al 80% restante.
‘Pearl’ es una de esas empresas: su ‘PearlRearVision’ es una cámara de visión trasera autoinstalable por el usuario que envía las imágenes al móvil o a otros dispositivos. Es totalmente inalámbrica y funciona con baterías que se recargan gracias a un panel solar que incorpora.
El caso de ‘Navdy’ va un paso más lejos, ya que se trata de una pantalla inteligente que se coloca detrás del volante y muestra todo tipo de información al conductor: límites de velocidad, mapas, llamadas telefónicas entrantes… Un completo y complejo sistema que convierte a cualquier vehículo en un coche futurista. Es capaz de interactuar con el smartphone del conductor, hasta el punto de poder atender a las llamadas con un simple movimiento de la mano.
Este tipo de pantallas inteligentes son poco frecuentes incluso entre los vehículos de alta gama, pero Navdy, precisamente, juega con eso a su favor para ofrecer un producto que permitirá adentrar a cualquier coche en el siglo XXI. Y es que el avance de las tecnologías permite que la combinación entre distintos dispositivos modifique las prestaciones de aparatos antiguos como un coche o analógicos como una puerta. Ahora todo es posible. Y mejorable.