La prensa de pago vio peligrar su modelo de negocio ante las cifras de audiencia de los gratuitos y en múltiples ocasiones intentó obstaculizar su crecimiento. Arsenio Escolar desvela los precedentes de la ‘Tasa Google’.
Los medios de pago no se limitaron a mirar con recelo a su nueva competencia, sino que intentaron utilizar su influencia para acabar con ella. Arsenio Escolar recordó un episodio que relata Arturo Gómez Quijano en su libro, en el que Juan Luis Cebrián (‘El País’), Alfonso de Salas (‘El Mundo’), Catalina Luca de Tena (‘ABC’) y el responsable de la AEDE, acudieron al Ayuntamiento de Madrid a preguntar qué tasa de distribución iban a imponerle al recién nacido ‘20 Minutos’.
En 2001, Arsenio tuvo conocimiento a través de Rafael Simancas de que el Ayuntamiento aprobaría ese mismo día una normativa para regular los diarios gratuitos, redactada de puño y letra por Pedro J Ramírez. Lo curioso del caso, señala Arsenio, es que tan solo tres meses antes Rizzoli-‘El Mundo’ quedo finalista para adquirir ‘20 Minutos’. Tras frustrarse la compra, “se fueron al Ayuntamiento a ver si nos partían las piernas”. La normativa consistía en la prohibición del reparto del periódico a pocos metros de pasos de cebra y semáforos, que era una forma de negarles la distribución en toda la ciudad. Arsenio consiguió ponerle freno y al día siguiente publicó en el periódico una información titulada “El Mundo presiona al Ayuntamiento para que prohíba el reparto de 20 Minutos”, acompañada del subtítulo: “El editor de El Mundo intentó sin éxito comprar 20 Minutos hace 3 meses”. El remate fue publicar el email del alcalde Álvarez del Manzano e incitar a escribirle a unos lectores que colapsaron su cuenta y salvaron al diario. En Barcelona también recibieron muchas zancadillas, entre ellas la puesta en marcha por parte del Ayuntamiento de una tasa cuatro veces más alta que la impuesta a la venta de cohetes en la calle.
La actitud que tenían los diarios de pago con los gratuitos se reproduce en la actualidad con los digitales (lo que ha culminado con el canon AEDE o tasa Google). Carlos Salas asegura que “no se pueden poner puertas al campo”, aunque reconoce el valor que aún tienen marcas como 'New York Times' o 'The Guardian'. “No sé qué pasará en el futuro, ¿escribiremos para WhatsApp? El que lo haga bien va a tener un sitio, sea papel, digital o gratuito”.
Arsenio considera que los medios tradicionales se resisten al cambio e impiden la entrada a todo aquello que sea novedoso. Hasta el punto de que no les dejaron formar parte de AEDE e incluso cambiaron sus estatutos para evitarlo. “La cantidad de presiones que vulneraban el libre mercado fue monstruosa. Nos hicieron de todo”, aunque “todo ese poder se les acabó hace mucho tiempo”. Sobre el futuro, Arsenio aplica aquí una frase de Darwin: “cuando un hábitat cambia profundamente no sobreviven ni las especies más grandes ni las más inteligentes, solo las que son capaces de adaptarse”.