Aunque se trata de un experimento, la Inteligencia Artificial sigue demostrando su intención de acaparar en el futuro cualquier profesión que se precie. Incluso una tan delicada como la de juez: investigadores de la University College of London, la Universidad de Pennsylvania y la Universidad de Sheffield han desarrollado un programa informático para impartir justicia. Y parece que lo hace bien.
Los investigadores utilizaron 584 casos reales sobre torturas, actos degradantes y privacidad que ya habían sido juzgados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Estos casos se cargaban en el software de Inteligencia Artificial para que pudiera analizarlos y emitir un veredicto. La sorpresa llegó cuando en el 79% de las ocasiones la sentencia que dictaba el programa informático era la misma que la emitida por los jueces del Tribunal en su momento, lo cual demuestra que el software era capaz de razonar e interpretar los hechos con precisión casi humana.
Los responsables del proyecto quieren tranquilizar a los jueces: la Inteligencia Artificial todavía no está preparada para sustituir a los Tribunales compuestos por humanos (aunque algunas voces piensan que los notarios desaparecerán con la llegada del Blockchain). Pero abren la puerta a que estos programas informáticos puedan convertirse en “una herramienta que ayude a identificar los casos y los patrones que conducen a ciertas decisiones”, según han explicado. Se levanta la sesión.