La tecnología es cada vez más sencilla: basta con pulsar un botón o tocar en un icono para que sucedan cosas asombrosas. Detrás de esa sencillez existe un programa informático que ejecuta y realiza las acciones. Pero lo que muchas personas no saben es que ya existe la forma de crear nuestros propios programas sin tener que programar gracias a webs como IFTTT (If This, Then That): cuando suceda algo, que acontezca otra cosa. Ese esquema tan básico sirve para automatizar tareas o para facilitar acciones a los usuarios que ya lo utilizan. Ahora, se ha aliado con la realidad física gracias a unos sencillos botones inteligentes que permiten, precisamente, operar con este esquema.
Logitech POP, Flic o Bttn son solo algunos ejemplos de este nuevo mercado de dispositivos IoT (Internet de las Cosas, en sus siglas en inglés). Se trata de pequeños dispositivos, electrodomésticos y aparatos que hasta hace poco no tenían nada de digital y que ahora, gracias al avance de la tecnología, se han aliado con Internet para crear nuevas realidades inimaginables hasta hace poco.
En IFTTT y webs similares el usuario puede crear sus propias ‘recetas’, como se conoce a estos programas informáticos básicos, sin necesidad de saber programar y en cuestión de minutos combinando las diferentes opciones que ofrece. Si hasta ahora era posible utilizarlo en la Red, estos botones traen al mundo real las opciones que ofrece cada ‘receta’: al pulsarlos (if this) sucederá lo que el usuario haya decidido (then that). Si hasta ahora todos sabíamos que al pulsar el interruptor se encenderá o apagará la luz, ahora estos botones permitirán realizar multitud de acciones: añadir eventos al calendario, enviar un sms a alguien indicando que estamos en casa, controlar dispositivos a distancia, tuitear una fotografía procedente de alguna web o poner música. Y para aquellos usuarios que tengan dispositivos como Nest (que permite controlar la temperatura del hogar) o Piper (una alarma digital), estos botones inteligentes les permitirán controlar sus parámetros.
Los dispositivos del Internet de las Cosas podrían superar en número al móvil en menos de cinco años, según algunos estudios: se estima que en 2021 habrá más de 16.000 millones de aparatos de este tipo en el mundo.