No ha sido en California y no han sido ni Uber ni Google: Singapur y nuTonomy han conseguido poner en circulación el primer taxi autónomo del mundo. De momento sólo es una prueba limitada a un distrito de seis kilómetros cuadrados, pero en 2018 será una realidad en todo el país asiático: los taxis serán eléctricos y no tendrán conductor.
Este proyecto se ha hecho realidad gracias a la colaboración de nuTonomy, una empresa tecnológica filial del MIT, y el gobierno de Singapur, que ha invertido 16 millones de euros y ha creado un marco regulatorio específico para que estos vehículos autónomos puedan circular por vías públicas.
En esta primera fase se están utilizando vehículos de la marca Mitsubishi, pero cuando la flota esté a pleno rendimiento se sustituirán por los Renault Zoe, unos coches 100% eléctricos con 240 kilómetros de autonomía. Estarán equipados con el sistema de autoconducción de nuTonomy, que crea una estructura jerárquica de órdenes que permite al vehículo “decidir” cuáles no cumplir para dar prioridad a otras de mayor importancia.
Con este proyecto, Singapur continúa sus planes de convertirse en la primera ciudad y el primer país inteligente del planeta. Con el lema “Ya hay muchas ciudades inteligentes, pero solo una nación inteligente”, Singapur demuestra con hechos que va en serio. El país está centrado en el desarrollo de la Inteligencia Artificial, enseña programación en los colegios y los robots son habituales en hospitales (se encargan de transportar medicamentos y muestras entre edificios), donde conviven con la fibra óptica instalada en las camas que monitoriza en tiempo real las constantes vitales de cada paciente para que las enfermeras reciban en tabletas los datos.
Además, ya se han puesto en marcha otras colaboraciones con el MIT: una de las más importantes es LIVE Singapore!, un sistema de Big Data que recopila datos de diversas fuentes (desde los móviles de los ciudadanos hasta sensores colocados por toda la ciudad) para cruzarlos y proporcionar recomendaciones de salud, movilidad o seguridad a los habitantes. Todo en un país de 700 kilómetros cuadrados y poco más de 5,5 millones de habitantes llamados a crear una nación “donde la gente que tenga una idea pueda hacerla realidad”. Bienvenidos al futuro.