Pocos son los que se aventuran a comprar una casa sin haberla visitado antes. El problema está en que muchas veces la propiedad se encuentra a miles de kilómetros de distancia, por lo que hay que organizar un viaje e invertir tiempo y dinero. Parece que esto ha llegado a su fin: algunas agencias inmobiliarias de bienes de lujo ya utilizan la realidad virtual para permitir a sus clientes visitar propiedades desde cualquier lugar del mundo.
“Todos los grandes estudios de bienes raíces están trabajando en esta tecnología”, explica Gonzalo Navarro, arquitecto y fundador de ArX Solutions, una compañía que mezcla la tecnología con el sector inmobiliario para crear propiedades virtuales que todavía no existen en el mundo real.
Hasta ahora, la mayoría de las inmobiliarias diseñaban un piso piloto para comenzar a vender propiedades antes y durante la construcción del edificio. Ahora, gracias a la realidad virtual, muchas empresas se saltan este paso y simplemente diseñan ese mismo piso… en un entorno digital. Con ello ahorran costes, tiempo (diseñar un piso piloto virtual no lleva más de un mes y medio) y permiten que clientes de cualquier parte del mundo “visiten” la propiedad sin tener que trasladarse.
El sistema es de lo más sofisticado: el cliente, gracias al visor de realidad virtual, puede “moverse” por la propiedad, elegir materiales para distintos muebles, cambiar el color de las paredes e incluso observar las vistas que tendrá desde las ventanas de su futura casa. También puede alternar entre el día y la noche para tener una visión completa e inédita hasta ahora.
La realidad virtual aplicada a bienes inmobiliarios es un sector en auge, aunque todavía se ciñe exclusivamente a propiedades de lujo sin construir o, como sucede en España desde hace casi un año, a propiedades de segunda mano que, al estar ya construidas, son más fáciles de recrear en un entorno virtual (sólo son necesarias fotografías especiales, pero no el diseño desde cero de todos los elementos).
Goldman Sachs estima que en 2025 este negocio virtual superará los 2.600 millones de dólares. Y es que la realidad virtual parece haberse entendido bastante bien con el comercio: recientemente se hicieron públicos los planes de Alibaba, el gigante chino de las compras digitales, de crear la primera tienda de realidad virtual del planeta para permitir que clientes de todo el mundo pudieran “interactuar” con los productos que deseaban comprar.