El grupo italiano Cairo Communication ha conseguido hacerse con RCS Mediagroup tras imponerse a la oferta de un consorcio formado por Investindustrial, la familia Bonomi (con Andrea Bonomi al frente) y varios accionistas de referencia de la propia RCS, principal accionista de Unidad Editorial. El Financial Times explica que la oferta de Cairo implica valorar RCS Mediagroup en 1.000 millones de euros, a pesar de que sus números no son alentadores: en 2015 arrojó pérdidas por valor de 175 millones de euros, mantiene una deuda que supera los 487 millones de euros y anunció un duro plan de contención de gastos que implicaba despidos, especialmente en Unidad Editorial, la matriz española del grupo.
Urbano Cairo, propietario de Cairo Communication, no se ha acobardado ante los negativos números de RCS Mediagroup y ha manifestado su alegría por que “muchos inversores hayan creído en nuestro proyecto y estén convencidos de lo bien que podemos hacerlo en un negocio que tiene un potencial no demasiado evidente y que debe ser reforzado lo más rápido posible”, según recoge El Mundo. Entre sus planes están rebajar el precio de venta de algunos diarios para ganar cuota de mercado y aprovechar sinergias entre los distintos medios que posee para rebajar costes. Al parecer, Cairo ya tiene detectados 26 millones de euros de posible ahorro, aunque se desconoce si mantendrá los duros ajustes acordados por la cúpula de RCS para devolver la rentabilidad a un grupo que factura cerca de 1.000 millones de euros al año. El magnate italiano ya consiguió hacer rentable en poco más de un año a La 7, una cadena de televisión italiana que adquirió en 2013 tras pagar alrededor de un millón de euros.
Cairo Communication es una empresa italiana fundada en 1984 por Urbano Cairo, un empresario de la comunicación y la publicidad hecho a sí mismo. Comenzó a trabajar en los medios de Silvio Berlusconi vendiendo publicidad y en tres décadas ha levantado su propio imperio mediático. Es propietario de canales de televisión, editoriales, periódicos y revistas, entre ellas algunas de las cabeceras de cotilleos más populares de Italia, como DiPiu y Diva. En 1996 comenzó a trabajar con RCS Mediagroup al obtener la comercialización exclusiva de espacios publicitarios en las revistas Io Donna (distribuida en España con el diario El Mundo bajo el título “Yo Dona”), Hoy y TV Siete. En 1999 entra en el negocio editorial y diversifica sus intereses, hasta entonces centrados exclusivamente en la comercialización de publicidad. Es entonces cuando comienza a explotar sus propias cabeceras, algunas a través de licencias.
La operación tiene consecuencias económicas y político-sociales. Las económicas son obvias: RCS podría encontrar en esta compra la forma definitiva de volver a la senda de la rentabilidad de la mano de un experimentado empresario que empezó con nada y lo tiene todo. Las político-sociales están estrechamente relacionadas: Urbano Cairo es un editor puro, un hombre hecho a sí mismo que empezó como asistente de Berlusconi y terminó compitiendo con él. Es un empresario, no un político. No forma parte de la llamada “élite lombarda”, poderosos milaneses que durante años han visto en los medios italianos la forma de canalizar su poder manteniendo medios zombis que alimentaban y sostenían sus imperios en otros sectores. Urbano Cairo es un magnate de los medios, y más concretamente de la publicidad, y quiere seguir siéndolo. Aunque compró el Torino Football Club en 2005 (devolviendo al equipo a la primera división italiana), Cairo se ha mantenido en el negocio de la comunicación desde el primer día creciendo con paso lento, pero firme (a veces, incluso, con escándalos). Ahora ha conseguido imponerse a ofertas de grupos mucho más poderosos que el suyo con la intención de reflotar una empresa azotada por la crisis de los medios y lastrada por una filial española incapaz de controlar el incendio provocado por la salida de Pedro J. Ramírez de su buque insignia. Cairo al rescate de los medios, también de los españoles.