Pokémon siempre ha sido un fenómeno de masas, un divertido juego capaz de enganchar a cualquiera que esté dispuesto a buscar y entrenar monstruos digitales. Nintendo, la casa japonesa que lo creó, se atrevió a llevarlo a los móviles, con el riesgo que eso suponía para sus propios dispositivos… pero ha sido una de las mejores decisiones que ha tomado: Pokémon Go se ha convertido, en menos de una semana, en una revolución difícil de igualar.
La versión para móviles fue lanzada el miércoles 6 de julio en Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Australia, Alemania y Nueva Zelanda. Prácticamente al instante, Pokémon Go hacía historia, al menos para Nintendo: consiguió una subida en Bolsa de casi el 41%, con un incremento en la valoración del gigante japonés de 6.800 millones de euros. Todo gracias a que la aplicación ya está instalada en el 5% de los smartphones estadounidenses, casi superando en uso a Tinder o a Twitter (casi 43 minutos diarios por parte del 60% de quienes instalaron el juego) y sobrepasando directamente a WhatsApp, Instagram o Snapchat, las vigentes reinas del móvil.
La mecánica del juego no difiere mucho del objetivo tradicional de este fenómeno: hay que buscar los pokémon que haya ocultos por el mapa. La diferencia es que en la versión para móviles ese mapa es el mundo real: utiliza Google Maps para posicionar en distintos puntos reales los pokémon que el usuario debe capturar. El móvil, y concretamente su cámara, será la herramienta que usará cada jugador para capturar ese monstruo gracias a la realidad aumentada.
Este sistema ya ha traído polémica y anécdotas. La polémica llega de la mano de la privacidad, dado que el juego detecta dónde están los usuarios en cada momento: por dónde se mueven, qué lugares visitan… También porque algunos de los pokémon estaban “alojados” en iglesias, comisarías de policía o lugares privados a los que muchos jugadores están accediendo en masa para capturarlos. En Australia cerraron una comisaría y en Nueva Zelanda un joven murió tras caer por un puente por tratar de capturar a un pokémon que estaba oculto... Otra anécdota desagradable es el descubrimiento de un cadáver en un río por parte de una joven que trataba de capturar a un pokémon con su cámara. Muchas de estas noticias podrían formar parte de una campaña de marketing viral, pero la subida de la cotización en Bolsa es tan real como la vida misma.
Si en menos de una semana, y con gran parte de la población mundial sin acceso al juego (las posibilidades de hacerlo por la vía extraoficial parece que ya están cerradas y todavía no hay fecha para su llegada a otros países), Nintendo ha conseguido revolucionar de el mundo de los videojuegos, la Bolsa y los móviles sólo queda esperar a que llegue a nuevos países para saber de qué será capaz una legión de buscadores de pokémon sueltos por las calles del planeta y armados con un móvil. ¿Podrán hacerse con todos?