En el Festival Internacional de la Publicidad celebrado recientemente en Cannes se ha visto con preocupación toda una serie de cambios que van a suponer una mutación prácticamente total del sector. Habrá que asumir que el periodismo, particularmente los contenidos de calidad y el periodismo de investigación, van a dejar de ser paulatinamente financiados por la publicidad, como ha venido siendo a lo largo de los últimos 150 años.
Por un lado, el duopolio hegemónico de Facebook y Google es aplastante: entre los dos representaron el 75% de todos los gastos de publicidad en línea el año pasado, según el informe de Tendencias de Internet publicado por Mary Meeker. En EEUU la tendencia es aún más fuerte: 85 centavos de cada dólar gastado en publicidad digital se fue a las dos empresas mencionadas en el primer trimestre de este año. Los directivos de prensa están empezando a reaccionar creando organismos únicos que aglutinen la venta de anuncios. Hay negociaciones en este sentido en el Reino Unido y también ha habido discusiones similares en Cannes para crear otro organismo que aglutine también la publicidad en televisión.
La tecnología está proporcionando un punto de inflexión que nos permite fácilmente librarnos de la publicidad repetitiva e invasiva, que hemos soportado estoicamente como un mal menor. Una significativa encuesta llevada a cabo por Netflix ha dado un resultado muy destacado por los expertos: el 90% de los clientes de Netflix declaran que están dispuestos a pagar algo más por el servicio y no tener que visionar la publicidad.
Los bloqueadores de anuncios se están convirtiendo en una obsesión para los editores. Según el Instituto Reuters, el bloqueo de anuncios se sitúa en estos momentos entre el mínimo del 10% en Japón al 38% en Polonia. Se está haciendo evidente que una vez que el público instala los bloqueadores, raramente vuelven sobre sus pasos para aceptar de nuevo la publicidad. El bloqueo de anuncios está creciendo con fuerza en la región de Asia-Pacífico. Ésta fue la conclusión más destacada del seminario ofrecido por Johnny Ryan, jefe de los ecosistemas de PageFair, sobre el estado del bloqueo de anuncios en toda la industria de los medios. Las compañías de móviles están empezando a incrustar los bloqueadores de anuncios a nivel de red. Así lo ha hecho la red del Caribe Digicel. También crece el bloqueo a nivel de dispositivo, como por ejemplo lo está haciendo ASUS. Pero además se bloquean los anuncios a nivel de navegador. Ryan citó el éxito del navegador UC.
Uno de los mayores editores del mundo, el alemán Axel Springer, mantiene una dura batalla contra los bloqueadores. Demandó en los tribunales el año pasado a Adblock Plus, pero perdió el caso y decidió apelar. Hace pocos días ha vuelto a perder. Sin embargo, la sentencia obliga a Adblock Plus a colocar a los medios de Axel Springer en una lista blanca de manera gratuita. Otras cuatro empresas de medios de comunicación alemanas han demandado también a Adblock Plus.
También el modelo de agencia de publicidad tradicional está siendo fuertemente perturbado, según se ha puesto de relieve en Cannes. “El proceso creativo de la publicidad está siendo volado”, ha dicho Jim Stengel, exdirector mundial de marketing de Procter & Gamble, el mayor anunciante del mundo. La industria de la publicidad sufre un fenómeno de desintermediación. Se está orientando hacia anuncios basados en datos para llegar a lo que se ha dado en llamar “personalización en masa”.
Lo ha dicho de manera clara el director del centro Knight para el Periodismo de las Américas, Rosental Alves: “La publicidad va a dejar de pagar la cuenta de los medios de comunicación”. Hay que “mantener la calma y ser disruptor en el negocio editorial”, dijo Rosental Alves en su discurso en el SIP Connect 2016.