“La primera lección de esta crisis es la necesidad de evaluar nuestros conocimientos sobre política macroeconómica”. La frase, pronunciada esta mañana por Miguel Arias Cañete durante la inauguración del ciclo “¿Qué hemos aprendido de la crisis?”, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, es un tirón de orejas a los poderes públicos que no sólo no supieron prever lo que se avecinaba, sino que reaccionaron de forma cuestionable en algún caso. “Todo el mundo vigilaba la deuda pública, pero nadie la privada”, ha explicado mientras resaltaba que en 2008 la deuda pública española apenas superaba el 40% del PIB, mientras que la privada rondaba el 300%. Fruto de aquellos errores “Europa está constatando que en determinados aspectos no está preparada para afrontar los retos globales”, alerta Cañete. La solución, según el exministro de Agricultura, pasa por “compartir más soberanía” en el futuro, con la intención de fortalecer los vínculos europeos para evitar las diferencias entre Estados que han provocado la Europa a dos velocidades que existe en la actualidad. “Las crisis son globales, por lo que la respuesta debe ser global”, ha explicado. En este sentido, la receta de Cañete, compartida por la Comisión Europea, pasa por crear una “Unión Económica auténtica, una Unión Financiera, una Unión Presupuestaria y una Unión Política”.
Durante su intervención, en cuyo panel también han participado Eva Díaz Tezanos, Vicepresidenta del Gobierno cántabro, y José Manuel González-Páramo, Consejero Ejecutivo del BBVA, Cañete ha defendido el llamado Plan Juncker, al considerar que “también trata de eliminar todos los bloqueos a la inversión”, pero cree necesario reforzar la implicación de todos los actores involucrados en un programa de estas características. En este sentido, Arias Cañete ha explicado que en los próximos tres años se inyectarán 315.000 millones de euros en la economía europea para apuntalar la ansiada recuperación europea. Aunque, en palabras de Tezanos, “queda mucho para que podamos hablar de recuperación porque eso llegará cuando se recuperen los derechos perdidos”.
El desafío disruptivo se combate con ambición
El hecho de que lo peor de la crisis haya pasado, como han coincidido todos los ponentes, no significa que el futuro esté exento de retos, especialmente para algunos sectores como el bancario, que se enfrenta a una “tormenta perfecta”, en palabras de Páramo, y que deberá reorganizar su negocio si quiere seguir liderando el mundo financiero. Nuevas compañías, las llamadas Fintech, pisan fuerte en un sector extremadamente regulado como el bancario y financiero, con la diferencia de que estas nuevas empresas, en muchas ocasiones, no se consideran empresas relacionadas con este sector, sino con el tecnológico, lo que relaja su supervisión por parte de las Autoridades y refuerza la presión sobre los bancos. “Sería una locura que entidades que podrían competir mejor que las Fintech no lo hicieran por la regulación”, se ha quejado Páramo. El BBVA es consciente de que esta batalla se libra en el mundo digital, de ahí que consideren que “la oficina en un banco es un canal más para dar servicios al cliente”. Páramo ha negado que un banco como el BBVA vaya a pasarse por completo al mundo digital, pero sí ha asumido que el número de oficinas deberá adaptarse a la demanda de los clientes, por lo que necesariamente se verá reducido en el futuro. “No me parecería ni justo ni sensato obligar al cliente que quiere digital pasar por el canal físico”, ha explicado, demostrando que la transformación digital está calando en algunas grandes compañías y que sus directivos, en contra de lo que suelen decir las estadísticas, conocen el terreno digital mejor de lo pensado. No en vano, se prevé que el Mercado Digital Integrado de la Unión Europea genere hasta 250.000 millones de euros de crecimiento adicional, por lo que adaptarse a este nuevo entorno es, sencillamente, obligatorio para sobrevivir.
Al ser preguntado por el Blockchain Páramo ha reconocido que “le damos mucha importancia porque estamos convencidos de que, si no mañana, pronto será central en el sistema financiero”, aunque en este sector la tecnología se restringirá y se podría utilizar un sistema con admisión previa, no totalmente libre. “Los bancos seguirán siendo supervisados”, ha explicado, por lo que la propia entidad podría convertirse en un nodo superior que controlase los procesos involucrados en el Blockchain.
A lo largo de su intervención, Páramo ha hecho hincapié en la necesidad de tener “ambición” para sortear los retos que depara el futuro en un sector como el bancario. “La digitalización es una oportunidad para que el sector bancario gane eficiencia, gestione mejor sus riesgos y proporcione más valor a los consumidores”, opina Páramo, quien también ha destacado que aporta flexibilidad, menores costes y que acerca al cliente a las empresas.