Si algo nos enseñan los países nórdicos es que para ellos el bien común siempre está por encima de los intereses particulares. Ahora es Noruega quien vuelve a sorprender al mundo con una propuesta que están debatiendo los cuatro principales partidos políticos del país: prohibir la venta de nuevos vehículos gasolina y diesel a partir de 2025, según recoge el diario Dagens Næringsliv.
Al parecer, estos partidos preparan una nueva política energética para el país, uno de los más sostenibles del mundo en la actualidad, entre cuyos puntos se incluiría la citada prohibición para buscar que todos los vehículos del país fueran eléctricos. En los Países Bajos quieren hacer algo parecido también en 2025, aunque su parlamento está dividido al respecto, mientras que en la India podría implantarse en 2030 una medida similar. En la actualidad, el 24% de los vehículos que se venden en Noruega ya son eléctricos, probablemente la tasa más alta del mundo.
El caso de Noruega ha sorprendido porque el país es el 15º mayor productor de petróleo (datos de 2014) y tiene unas reservas estimadas en más de 5.366 millones de barriles. En 1999 el petróleo suponía el 35% de las exportaciones del país, sólo superado por Arabia Saudí y Rusia. El dinero del petróleo, lejos de haber sido despilfarrado, está guardado en un fondo soberano que se estima en más de 800.000 millones de dólares, ya que los dirigentes del país son conscientes desde hace décadas de la caducidad del petróleo a largo plazo y del riesgo que supone depender exclusivamente del oro negro. Lo que llama la atención es que sean ellos mismos quienes hayan decidido adelantar la caducidad del petróleo en favor de un planeta más sostenible, aunque no debería sorprender a estas alturas que los nórdicos lideren iniciativas que siglos después se convierten en “lo normal”.