La prensa británica está al borde del colapso. El mensaje no llega de boca de agoreros que aventuran el fin de los periódicos, sino de los despachos más nobles de los diarios ingleses, que ven cómo se les escapa a chorros un negocio centenario mientras son incapaces de hacer de Internet el sustituto natural de sus boyantes números de antaño.
La alarma llega después de conocer los resultados del primer trimestre de 2016, especialmente negativos para la mayoría de diarios, incluso los más grandes. El Daily Mail, el tabloide líder del país, y el Mail On Sunday (su edición dominical) se han dejado un 16% de publicidad en papel en los últimos seis meses, con una disminución del 15% en ingresos sólo en los tres primeros meses del año, lo que se suma al 13% que acumulaba en los últimos seis meses.
El peligro no acecha únicamente a los tabloides: el Telegraph envió una carta a sus empleados la semana pasada en la que les explicaba que el mercado publicitario en papel había caído un quinto sólo en abril, en lo que suena a advertencia para la plantilla ante lo que pudiera suceder en los próximos meses. El Financial Times, por su parte, dijo a finales de abril que se prepararían para “meses muy difíciles”. La empresa editora del diario The Guardian ha perdido hasta 80 millones de libras (más de 103 millones de euros) en los últimos meses, en parte lastrada por los malos datos que han hecho sus cabeceras en papel. Desde The Guardian ha llegado una alerta que ha puesto en vilo a toda la industria en el Reino Unido: “Ha llegado el momento de reconocer que los periódicos van directamente contra un muro y que no hay esperanza de volver a mejor fortuna”, en palabras del cronista de medios del diario.
Algunos diarios que ya han cortado por lo sano son The Independent, que recientemente cerró su edición en papel para centrarse en Internet, o el New Day, el primer diario británico en papel en 30 años… que sólo duró en los quioscos un par de meses.
¿Es el “Brexit” la causa detrás del difícil momento de la prensa británica?
Aunque no hay una causa concreta que explique esta repentina caída de ingresos en los periódicos británicos, algunos expertos apuntan a la crisis económica que vive el Reino Unido derivada del miedo al “Brexit”. Otras voces indican, por el contrario, que conforme se acerque la fecha del referéndum, previsto para el 23 de junio, los periódicos venderán más ejemplares por el interés que despertará entre la población.
Al margen del “Brexit”, existen causas comerciales que siguen la lógica de los tiempos: muchos anunciantes de productos de consumo y de la industria del lujo han desplazado su publicidad al entorno digital, en detrimento del impreso, sin notar ningún impacto en sus ventas. Y es que en el Reino Unido el comercio online está ampliamente implantado entre la población de todos los segmentos de edad, por lo que el sector publicitario simplemente está migrando de un soporte a otro: las ventas de publicidad online han aumentado en este tiempo. El Mail Online, por ejemplo, ha crecido un 23% en Internet hasta los 44 millones de libras (cerca de 57 millones de euros) en el primer semestre del año, aunque estas cifras siguen siendo inferiores a las que conseguían con el papel.
Entre medias, como siempre, los trabajadores: The Guardian eliminará 300 puestos de trabajo en los próximos meses, mientras que el Telegraph ya ha reducido su plantilla y ha visto cómo algunos de sus periodistas más experimentados han abandonado el barco. Un barco de papel que se hunde poco a poco.