Una de las características que han hecho exitosa a Uber es su capacidad para reinventarse sobre la marcha. Lo ha demostrado en Madrid, donde la prohibición de su servicio le hizo volver a la ciudad a los pocos meses con una nueva modalidad basada en los conductores profesionales. En otros países también se busca la vida para poder participar, como sea, en la economía colaborativa local.
Ahora ha vuelto a utilizar esa capacidad de innovación para subirse a un carro que ya exploran rivales como Google y Tesla, pero también actores clásicos como Toyota, General Motors o Volvo: el vehículo autónomo. Y es que Uber ya está realizando las primeras pruebas de coches sin conductor en Estados Unidos, concretamente en Pittsburgh, Pennsylvania, donde la compañía tiene un laboratorio de investigación para desarrollar coches autónomos.
“En el futuro, creemos que está tecnología significará una menor congestión, transporte más asequible y accesible y muchas menos vidas perdidas en accidentes de tráfico”, ha explicado la compañía en un comunicado.
En las primeras pruebas hay un humano dentro del vehículo para ajustar parámetros y evitar accidentes, algo que también están haciendo el resto de compañías que exploran este campo.
Lo curioso es que este anuncio llega apenas unos días después del anuncio de Alphabet, la matriz de Google, de la puesta en marcha de un servicio de uso compartido del coche a través de Waze, una competencia directa al servicio que presta Uber. Alphabet fue uno de los primeros inversores en Uber, cuando este gigante del transporte era una pequeña start-up.
Un potencial rival de Alphabet, y concretamente del buscador Google, es Baidu, empresa que también comenzará en breve a realizar pruebas de coches sin conductor en Estados Unidos, tras haberlo probado anteriormente en China. Por otra parte, General Motors ha invertido este año 500 millones de dólares en Lyft, una aplicación que hace lo mismo que Uber.
Parece que el sector del transporte se mueve más que nunca.