Tecnologías Emergentes

El primer jetpack comercial del mundo está listo para despegar

La ciencia ficción se hace realidad

Miguel Ángel Ossorio Vega | Miércoles 18 de mayo de 2016
La compañía australiana Martin Jetpack comercializará una mochila propulsora capaz de alcanzar los 3.000 pies de altura y los 74 kilómetros por hora.

Los jetpacks, mochilas de propulsión que permiten volar a su portador, han salvado decenas de vidas en las películas (entre ellas la de James Bond), aunque muchos de nosotros hemos utilizado también uno de estos artilugios en videojuegos, donde se convertían en una sólida alternativa al coche e incluso al avión. Ahora es el momento de hacerlo realidad, o al menos es lo que piensa Peter Coker, director ejecutivo de la compañía Martin Jetpack: “Estamos en el comienzo del viaje, vamos a comenzar las entregas a clientes para final de año”.

El jetpack, construido en fibra de carbono, estará propulsado por gasolina y costará entre 200.000 y 250.000 dólares, un precio excesivamente elevado, aunque para elevada la altura que alcanzará: 3.000 pies (más de 900 metros), con una velocidad máxima de 74 kilómetros por hora.

La pregunta es: ¿para qué querría alguien un jetpack? Coker da las claves: “En primer lugar, no tenemos rotores, lo que significa que podemos entrar en espacios confinados, ya sea la parte superior de los edificios o entre edificios. Es muy fácil de volar y muy seguro, y también es mucho más divertido y barato que volar en helicóptero”.

La compañía ya ha firmado acuerdos con el Departamento de Defensa Civil de Dubái y con una empresa estadounidense, Avwatch, para implementar estas mochilas propulsoras en los servicios de emergencias, como bomberos, policía y seguridad de fronteras.

La compañía Martin Jetpack fue fundada por Glenn Martin para mejorar el Rocket Belt Bell, un dispositivo propulsor que permitía volar durante 26 segundos, aunque el proyecto no tuvo éxito. Sin embargo, algo cambió con la llegada de Coker a la dirección de la compañía, en 2013: la empresa creció, sumó más de 70 empleados y comenzó a cotizar en la Bolsa australiana. Ahora, y tras una alianza con la empresa hongkonesa Kuang-Chi Science, se están haciendo realidad los sueños de Glenn Martin… y de los soñadores que pensaron que volar sólo sería posible en el cine.

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