Después de sorprender al mundo con sus coches autónomos, las funcionalidades de su buscador o artilugios como las Google Glass, la empresa californiana quiere revolucionar ahora la robótica.
El modelo más sorprendente hasta la fecha es el Atlas, un robot del que ya llevan varias versiones pero que ha superado lo imaginable con la última: camina por la nieve, coge y transporta cosas, se levanta si se cae al suelo y soporta un empujón, evitando caerse. Si pretende coger un paquete y alguien se lo impide, hace todo lo posible por completar su tarea. Por si fuera poco, es capaz de abrir puertas: es aquí donde, tal vez, se observan mejor sus aptitudes humanas, propias de una película de ciencia ficción.
Un modelo similar es un bípedo sin cuerpo con capacidades similares a la hora de moverse, pero sin la gracia que aportan los brazos. En este caso, sin embargo, es capaz de transportar objetos más pesados que el Atlas.