El año pasado los clientes de los bancos británicos visitaron las sucursales bancarias 427 millones de veces, frente a los 895 millones de conexiones a través de una app y los 705 millones de conexiones en un ordenador, según datos de la consultora CACI.
Se estima que para 2020 las visitas a una sucursal bancaria caerán en Reino Unido casi un 50%, hasta los 268 millones, mientras que el uso de apps aumentará hasta superar los 2.000 millones de conexiones anuales, más del doble que en la actualidad. Sin embargo, el acceso a través del ordenador también caerá, hasta los 528 millones, lo que confirma la tendencia del uso de móviles para consultar Internet en detrimento de los ordenadores de sobremesa o portátiles.
Los bancos británicos, conscientes de la migración que harán sus clientes, ya proyectan cierres masivos de sucursales. El Lloyds Bank anunció en febrero el cierre de 29 oficinas en los cuatro próximos meses, aunque este anuncio forma parte de un plan puesto en marcha en 2014 enfocado a cerrar hasta 200 oficinas en todo el país en un plazo de tres años. Sin embargo, estos movimientos se notarán más en pequeñas localidades que sólo cuentan con una oficina bancaria: en 2014 cerraron hasta 124 oficinas de este tipo, dejando a algunas ciudades británicas sin sucursales bancarias, un hecho inédito.
Es posible, sin embargo, que el sector bancario no se convierta por completo en un negocio digital. “Si los bancos están presionando a los clientes para que dejen las sucursales, ¿cómo van a hablar con ellos? Existe el riesgo de perder el contacto humano, y eso es algo que estamos subestimando”, explican desde CACI, quienes también sostienen que determinados clientes, sobre todo los más importantes, seguirán prefiriendo una conversación con su banquero en lugar de utilizar únicamente los canales digitales.
“Todavía habrá sitio para las sucursales en el futuro. Tenemos más de 10.000 oficinas, pero no necesitamos tantas. En diez años creo que serán la mitad”, explica Ian Goodliffe, socio de CACI, al Financial Times. “Pero el formato y el objetivo de estas oficinas tiene que evolucionar para tener en cuenta su tamaño, las instalaciones, el personal y los horarios de apertura”, añade.
Se avecina, como en todo, un modelo híbrido entre lo físico y lo digital, con la obligada reconversión de lo físico para adaptarse al poder digital. De momento.