La última charla del Congreso de Periodismo de Huesca contó con la presencia del director de “Eldiario.es”, Nacho Escolar, entrevistando al conocido humorista y presentador de “El Intermedio”, José Miguel Monzón “El Gran Wyoming”.
A punto de cumplir una década en antena, “El Intermedio” sigue siendo el programa de humor que muchos españoles eligen cada noche para estar informados. Sus fieles seguidores confían ciegamente en ese lema que se repite como un mantra desde el primer programa: “Ya conocen las noticias, ahora les contaremos la verdad”.
Precisamente es esa búsqueda de la verdad la que destacó en el Congreso de Huesca el periodista Nacho Escolar, al que no le dolieron prendas en reconocer que Wyoming y su equipo “acaban haciendo las cosas con más rigor, mejor explicación y más respeto a los valores fundamentales de este oficio de lo que pasa en muchos periódicos”.
Pero, ¿qué le ocurre al periodismo para que los espectadores consideren que un programa de entretenimiento como “El Intermedio” es mucho más creíble que los propios informativos? Wyoming cree que existen varios factores. En primer lugar, que en su programa no son esclavos de una escaleta que marque los tiempos que se dedican a cada noticia, que es la gran coartada de los informativos. Tienen la libertad de dedicar 15 minutos a explicar cómo funciona el Tribunal de Cuentas o a hablar del Hospital Severo Ochoa. Aunque si hay algo que ha provocado que el periodismo se haya convertido en una de las profesiones peor valoradas, superando incluso a los banqueros, es que hoy en día se hace un periodismo “al dictado del que paga”. Esto es lo que ha ocurrido en Telemadrid con Esperanza Aguirre, un caso que Wyoming calificó como “la mayor vergüenza que he vivido en toda mi vida”.
El humorista, que asegura que hoy no siente las presiones del poder porque él se limita a presentar, sí vio cómo desaparecía un programa tan exitoso como “Caiga Quien Caiga” con la excusa de que el formato estaba agotado. Aunque esta fue la explicación oficial, tras comprobar cómo el programa volvía a la parrilla hasta en dos ocasiones con distintas personas, se dio cuenta de que “probablemente fue un regalo que le hicieron al entonces presidente, porque durante un gobierno de Aznar desaparecieron todos los programas satíricos, humorísticos y de debate”. De las cadenas públicas, pero también “de las mal llamadas privadas, porque no son privadas, son concesiones de la Administración por cinco años. Así que todas las cadenas son públicas y tienen un pliego de condiciones que, yo no lo debería decir, pero se incumple sistemáticamente”.
A la hora de buscar culpables del declive de la profesión periodística, cada agente social debería preguntarse qué es lo que ha hecho mal. Wyoming señaló, por un lado, que los propios periodistas consienten que se despida a un compañero por no escribir al dictado y nadie sale en su defensa, algo que achacó al “imperio del terror” en el que vivimos y a la dificultad que supone encontrar un nuevo trabajo. Porque en realidad las verdaderas víctimas de esta situación son unos profesionales que se encuentran totalmente “desamparados” al darse la contradictoria circunstancia de que “cuando no protestan les echan en cara que son unos vendidos”, como ocurrió con los trabajadores de Canal Nou, “y cuando protestan les ponen en la calle”. Tras el ERE en Telemadrid, “ni un solo ciudadano sacó la cara por ellos”, asegura el presentador, por lo que quiso advertir del peligro que conlleva que la sociedad no defienda la información como un derecho: “a los periodistas se les pone constantemente en la picota, con la horca colgada esperando que les abran la trampilla”.
A pesar de que Nacho Escolar está sufriendo estos días en sus propias carnes las consecuencias de sacar a la luz información sensible relacionada con las altas esferas del Estado, se muestra más optimista que Wyoming porque tiene la sensación de que algo está cambiando. El mejor ejemplo es que la redacción de TVE se ha levantado para denunciar que no se les ha permitido informar sobre la exclusiva de su diario sobre los sms de los Reyes de España, mientras sí salían las declaraciones del ministro de Justicia en las que anunciaba la apertura de una investigación para determinar si estas revelaciones constituían un delito.
“Eldiario.es” ha logrado cabrear al poder con esta información, pero el público sí ha sabido valorar el buen hacer periodístico: casi 300 personas se han convertido en socios tras la publicación de la exclusiva. Escolar quiso llamar la atención de la sociedad poniendo de manifiesto que si en lugar de 14.000 socios fueran el doble, podrían realizar un mejor trabajo. Sin olvidar que es fundamental que los periodistas construyan a su vez “instituciones periodísticas capaces de resistir las presiones”.
Es la única forma que tienen de dejar de ser vistos como “el ejército de relaciones públicas del poder” y volver a ejercer como un “contrapoder” incómodo. ¿El objetivo final? “Que la próxima vez que a alguien le den una tarjeta black o mantenga su amistad con un empresario manchado de corrupción, se lo piense un poco, no vaya a ser que le pillen”.