El batacazo en bolsa de ComScore, la empresa estadounidense de medición de audiencias de medios de comunicación, ha puesto en alerta al sector, ya que de ella depende en gran medida el mercado publicitario de los medios.
La empresa anunció que retrasaba la presentación de su informe anual porque estaban revisando “determinadas cuestiones contables” tras haber recibido “un mensaje con respecto a ciertos asuntos de contabilidad”. También paralizó su programa de recompra de acciones de 125 millones de dólares como “precaución” mientras realiza la revisión contable.
Como consecuencia del anuncio, las acciones de la compañía cayeron hasta un 33% en un solo día, pasando de los 40,71 dólares en que cerró su cotización el 4 de marzo a los 27,04 dólares del día 7, según datos de Nasdaq.
Esta caída se produce en medio de un buen momento para la compañía, que adquirió Rentrak en 2015 dando lugar a un gigante de la medición de audiencias con el foco puesto en Internet y en la competencia directa a la hegemonía de Nielsen. Tras la fusión, ComScore anunció que pasarían a medir 260 millones de ordenadores personales, 160 millones de móviles, 95 millones de tabletas, 40 millones de televisores, 120 plataformas de vídeo bajo demanda y 40.000 salas de cine en todo el mundo, según Negocios, generando unos ingresos de 500 millones de dólares anuales, lejos de los 2.800 de Nielsen.
La propia ComScore ha anunciado que la auditoría especial no se completará antes del 15 de marzo, último día de la prórroga establecida para presentar el informe de 2015.