Pero la cosa no acaba ahí. Allen y Amazon han suscrito un acuerdo para realizar una serie de televisión, compuesta por seis capítulos de treinta minutos cada uno, que transcurrirá en la década de los sesenta. Una serie escrita por el propio Woody Allen, y que será protagonizada por él mismo, Elaine May y Miley Cyrus. Un trabajo que empezaría a rodarse en marzo.
Amazon ya lleva tiempo rondando la industria del cine. Su interés viene de largo. Ya en 1998 compró IMDB (Internet Movie Database), auténtica referencia para los cinéfilos y la búsqueda de datos relacionados con el séptimo Arte, y hace apenas unas semanas, a finales de enero de 2016, adquirió varios títulos del mejor cine independiente presentados en el reputado festival Sundance, pero destacó especialmente la compra, por 10 millones de dólares, del film “Manchester by the sea”, dirigida por Kenneth Lonergan, una de las películas que obtuvieron mejores críticas. Una oferta que no pudo superar ninguno de sus competidores tradicionales.
A lo que vamos. Que mientras Woody Allen, un señor con 81 tacos, es capaz de comprender que la forma de ver cine ha cambiado y la industria (sobre todo la distribución y la exhibición) debe adaptarse a esas novedades; en España, Antonio Resines, presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, un ser que se vanagloria de no tener ordenador, aprovecha la gala de los Goya para leer un discurso en el que no sólo ningunea a las plataformas legales de visionado de películas a través de Internet, sino que vierte falacias acerca de la piratería (1.900 descargas de películas al minuto). Así les va a unos, y así nos va a los otros.