Facebook ha registrado una patente que utiliza las ondas milimétricas para ofrecer conexión a Internet, un movimiento que forma parte de la iniciativa Internet.org, que pretende dotar de este servicio a los casi 4.000 millones de personas que todavía no pueden acceder a la Red por vivir en zonas rurales o con escasas infraestructuras.
El sistema, según se explica en la propuesta, busca transmitir y emitir paquetes de datos sin infraestructura física alguna, creando una red de comunicación inalámbrica en la que sólo uno de los nodos de destino estaría conectado a un ordenador de alta velocidad. De este modo, no sería necesario instalar líneas telefónicas, de cable o de fibra, como es lo habitual, para poder acceder a Internet, lo que beneficiaría a países en vías de desarrollo y a habitantes de zonas rurales o de difícil acceso.
Sin embargo, la patente que plantea Facebook no es del todo novedosa, ya que hace apenas unos meses la start-up Starry comenzó a vender al público su producto, que permite acceder a Internet sin cables. Esta compañía instalaría una serie de emisores a lo largo de un área al que proporcionar conexión a Internet (como si fueran antenas de telefonía móvil). Después, cada hogar instalaría un receptor (imaginemos algo parecido a una antena de televisión o una parabólica), el cual reenviaría la señal a un router que estaría conectado a un ordenador o que directamente emitiría esas señales al resto de dispositivos del hogar (móviles, televisores, etc.).
El hecho de que varias compañías estén experimentando e incluso comercializando esta tecnología hace pensar a los expertos que se avecina una guerra de patentes en este campo, como ya sucedió en su momento con las innovaciones que derivaron en el nacimiento de los smartphones.
Las ondas milimétricas (frecuencia extremadamente alta o EHF por sus siglas en inglés) se encuentran en la banda de frecuencias más altas dentro de las radiofrecuencias (30 a 300 gigahercios), con una longitud de onda que va de uno a diez milímetros. Parecen ser el futuro de las telecomunicaciones, ya que permitirían conexiones de alta velocidad (hasta 1GB por segundo) con un coste muy bajo, aunque también existen algunos problemas derivados de la propia tecnología, según explican algunos expertos, como la dificultad para traspasar materiales sólidos o el hecho de que sus antenas tengan únicamente una pequeña abertura para emitir, lo que podría obligar a aumentar la potencia para alcanzar un amplio espectro, algo que empresas como Samsung pretenden evitar utilizando múltiples antenas.