En nuestra foto de portada, una indudable maravilla de la naturaleza, como es el lago Silvaplana, ideal para tomarse un tiempo de descanso y reflexión, que se encuentra en la parte superior del valle de Engadina en el Cantón de los Grisones (Suiza) a una altitud de 1.800 metros, tomando su nombre del pueblo de Silvaplana.
Pero el alcance de nuestra aportación de hoy, no significa que para desconectar tengamos que estar disfrutando de alguna otra espectacularidad que la naturaleza nos brinda, sino que podemos hacerlo en pleno horario de trabajo e incluso en la oficina. Aquella frase de que “sea un buen líder y sepa desconectar” no es una “sentencia” especialmente elegida en un curso de coaching ejecutivo, sino que en la tremenda e imparable evolución de la doctrina del liderazgo actual, va tomando cuerpo y está ayudando a mentalizar a los directivos de la importancia de saber regular la energía mental tanto de ellos como de su gente, para no llegar a esos momentos de “atasco” en el que se “mueren las ideas” o no se encuentran salidas para un problema al que la organización se enfrenta.
Aprender a desconectar impulsa la creatividad, pero además, es un probado mecanismo de defensa de nuestra salud, especialmente la psíquica. Eso de que el estrés nos mata, podemos afirmar que sí es cierto sólo si lo dejamos que lo haga. Hoy día, con las investigaciones científicas que han demostrado como unos pocos momentos de relajación, reflexión e incluso meditación, son suficientes para liberar nuestras tensiones mentales, sentirnos más productivos y mejorar nuestra salud mental y física, ya no hay justificación para decir que nos invade el estrés.
Si observamos a líderes importantes, pertenezcan al ámbito de la empresa, la política, el deporte o la cultura, veremos que toman muy en serio los momentos de desconexión del ritmo frenético al que someten sus vidas (tanto el cuerpo como la mente). Por ello, este tipo de personalidades que ya han abrazo el éxito, necesitan tiempo a solas. También podemos afirmar, que el secreto del éxito de muchos de esos líderes, se ha basado en el tiempo que dedicaron a reflexionar y como suele decirse: “poner las ideas en orden”.
Veamos por ejemplo, un ambiente de trabajo en una organización en cualquier día del año: siempre está “cargado” (no nos referimos a energía negativa) de tensiones propias de la actividad que diariamente se lleva. Está todo el mundo conectado, tanto dentro de la empresa, con sus tareas y responsabilidades, como fuera de ella, los que tengan relación con el exterior. Pero aunque los que no se conecten con terceros ajenos a la empresa, al tener que dar servicio a otros departamentos o conformar equipos de trabajo multidisciplinar, tienen necesariamente que estar en plena conectividad. No hay un minuto en el que se pueda perder el enlace con “el mundo” (bases de datos, redes sociales, búsquedas en Google, etc.).
Es difícil encontrar tiempo para reflexionar por sí mismo. La pregunta a formularse es doble: ¿no lo encuentran porque no es posible por el tipo de trabajo?, o ¿no lo encuentran porque creen que es una pérdida de tiempo? La respuesta a la primera, no cabe duda que dependiendo el nivel de trabajo y responsabilidad que se tenga, dificulta enormemente la posibilidad de encontrar un momento de calma. En cuanto a la segunda, cada vez hay más gente (personal de base, mandos intermedios y desde ya directivos) que han asimilado la importancia que tiene tomarse un respiro, incluso haciendo un alto en plena vorágine de papeles, mails por contestar, llamadas por realizar o reuniones que hay que convocar.
La cuestión también tiene repercusión si estamos hablando de personas a nivel individual o de jefes de equipo. Desde ya, que los mandos intermedios tienen que dedicar una gran parte de su tiempo a coordinar y supervisar, cuando no formar e informar, a todas las personas bajo su mando. Mantener un contacto muy próximo con los equipos es parte esencial de lo que se considera alto rendimiento de equipos y personas. Pero no puede ningún jefe, menos un líder de área o más aún, el de toda una organización, desconocer las ventajas que traen a título personal y de los diferentes grupos, poder desconectar y empezar a poner en contexto el valor que ello significa para impulsar la creatividad, la reflexión y pensar de modo estratégico.
Cada vez que desde esta tribuna hemos expuesto la importancia del pensamiento estratégico en las organizaciones, hemos asegurado que no hay posibilidad de que la manera de pensar siquiera se aproxime a la categoría de estratégico, cuando la tensión acumulada, el agotamiento y el estrés de todo el ambiente, nos quitan fuerzas y lo peor de todo, capacidad de concentración y focalización de los problemas a los que nos enfrentamos.
Scott Barry Kaufman, director científico del “Imagination Institute” del “Positive Psychology Center” en la Universidad de Pennsylvania, coautor junto a Carolyn Gregorie de un libro próximo a editarse “Wired to create: unraveling the mysteries of the creative mind” (Conectados para crear:desentrañando los misterios de la mente creativa) escriben en HBR (Harvard Business Review) sobre cómo la soledad ayuda a impulsar la creatividad afirmando que “grandes pensadores y líderes a lo largo de la historia, desde Virginia Woolf pasando por Marcel Proust hasta el cofundador de Apple, Steve Wozniak, han alabado la importancia de tener metafóricamente hablando, una habitación para ellos solos".
La tesis de Kaufman y Gregoire (que compartimos al 150%) es que la cultura imperante en el presente en la sociedad, es que se hace demasiado hincapié en la importancia de la interacción social constante, debido en parte a los medios sociales. Tendemos a ver el tiempo pasado sólo como la pérdida de tiempo o como una indicación de una personalidad antisocial o melancólica. Debemos aclarar, que en realidad, personas de carácter “solitario” los ha habido en todas las épocas, a quiénes se tildaba de antisociales. Pero la apreciación que hacen Kaufman y Gregoire, es actualmente por el contario de lo que se podía suponer como una conducta poco sociable, una necesidad, porque el deseo de estar solo debe ser considerado sano.
Nosotros agregamos a este punto, que cada vez que nos hemos referido a buenos y malos hábitos, que condicionan nuestra conducta a nivel laboral y en nuestra vida en general, deberíamos incorporar como buen hábito el de la capacidad de desconexión, dentro de los parámetros con los que abordamos este tema. La cuestión estriba entonces, cómo el líder efectivo y ciertas personas con mando y mucha responsabilidad en la organización, hacen para poder “bloquear” parte de su agenda diaria (aunque sólo sea media hora) parar dedicárselo a ellos mismos y empezar a verificar los beneficios de tal decisión.
Algunas perlas que nos dejan estos autores:
1º) La soledad cristaliza las ideas
Es evidente que el poder e influencia que tienen los equipos en las organizaciones, en principio dejaría poco espacio para este llamado tiempo en solitario y/o de reflexión. Pero sostienen que “hay un tiempo y un lugar para trabajar en colaboración. Estar solo, por el contrario, debe ser valorado de la misma manera, sobre todo si tiene que ser creativo”. Sostienen que es en la reflexión solitaria que las ideas se cristalizan y se forman nuevas ideas.
2º) La soledad es alimento para el cerebro
La investigación científica ha descubierto que las necesidades cerebrales incluyen sin problema alguno, tanto la soledad al igual que la interacción social. Ambas se necesitan.
Cuando se está “a tope” trabajando dentro de un equipo, abordando un nuevo proyecto que tiene un schedule muy ajustado, según lo que estamos sosteniendo aquí (sumándonos a la doctrina de Kaufman y Gregoire), aplicar cierta “desactivación” de las tareas que estamos realizando, es a veces necesario, no sólo para desbloquear nuestras ideas que pueden estar padeciendo cansancio acumulado y estrés por la ansiedad que nos produce en nuevo desafío, sino que también nos ayuda a encontrar un significado. A vincularlo con nuestro propósito (nuestros objetivos personales y profesionales) que siempre los autores hemos defendido como base para una conducta adecuada y obviamente, cargada de energía positiva. No es cuestión de hacer por hacer, sino de saber que lo que estamos haciendo tiene un fin y un propósito. Que estamos bien enfocados.
Este es el preciso momento entonces, en que desconectar nos facilita a que la mente “divague” (descanse un poco diríamos nosotros), para introducirse lenta pero seguramente en nuestro “almacén” de recuerdos, ideas y emociones que guardamos. Lo que Kaufman y Gregoire dicen, que “es entonces que el cerebro se activa”, lo hemos tratado en más de una ocasión en base a estudios científicos que dicen que, la utilización de dispositivos electrónicos, a contrario de lo que se piensa, no es que no nos hacen pensar y son perjudiciales, sino que nos dan un respiro, siendo el momento en el que nuestra capacidad mental puede dedicarse a otra cosa. O sea, que todas las investigaciones, las que hemos ya tratado y las nuevas que venimos siguiendo, llegan a la misma conclusión: la desconexión momentánea es fundamental para alimentar las ideas y la creatividad.
Recordatorio y participación en el Blog
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Cuando bautizamos a este ciclo como “Iniciación en liderazgo”, pretendíamos que las/los jóvenes profesionales tomasen debida consciencia de la importancia del esfuerzo y dedicación que tienen que hacer en la etapa actual de sus vidas.
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José Luis Zunni es Director Edición Online ECOFIN. Miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Coordinador académico de la Red e Latam. Conferenciante. Ponente de Seminarios de Liderazgo y Management de la EEN y coordinador del FORO DE MANAGEMENT Y NUEVA ECONOMÍA DE LA EEN. Analista de la realidad actual y especialmente en los aspectos económicos, políticos y sociales, Experto en Management y formador de directivos y profesionales en las técnicas de liderazgo.
Ximo Salas, Co-autor del libro “Mejora y gana” (Manual de Marca personal para la búsqueda de empleo).Fundador de Crea Community (Social Media and Human Resources Company). Consultor, confrerenciante y formador. Miembro de la Junta Directiva de Governance2014.