Medios de Comunicación

La información digital es clave para luchar contra el cambio climático

Los medios de comunicación tradicionales han sido muy renuentes y lentos al informar sobre el fenómeno

Miguel Ormaetxea | Martes 01 de diciembre de 2015

Los estudios sobre la información en torno al cambio climático producida por los medios de comunicación tradicionales en los últimos años muestran que la evidencia científica del calentamiento ha sido con frecuencia escamoteada o minusvalorada. La irrupción en oleada de la información digital, mucho más abundante, directa e inmediata, ha sido clave en la concienciación global sobre el fenómeno. La cumbre que empezó el lunes en París representa un momento histórico y un desafío para el mundo digital, que tiene aquí una responsabilidad prioritaria.



Hay una enorme expectación mundial sobre la cumbre, la COP21, que durará 10 días. Aunque en realidad los acuerdos que vayan a ratificarse en París han sido ya trazados en sus grandes líneas. Por ello sabemos que desgraciadamente es poco probable que se alcance el meollo del gran desafío que representa el cambio climático. Los expertos coinciden en que es muy difícil que se acuerde poner en marcha una autoridad internacional que pueda realmente controlar los compromisos nacionales y, eventualmente, sancionar a los Estados incumplidores. A pesar de las primeras declaraciones bienintencionadas del presidente Obama, EEUU rechaza toda soberanía supranacional que pueda condenar a un Estado y no están dispuestos a aceptar la creación de ningún tipo de tribunal al respecto. Si no se establecen las bases de una justicia climática mundial, la lucha contra el cambio climático será una mera cooperación voluntaria de los Estados, demasiado “light” para un problema de enormes proporciones.

También es poco probable que se logre en París un acuerdo sobre otro de los aspectos que los expertos consideran crucial: la creación de un precio mundial para el CO2. Un sistema de precios es la mejor herramienta económica para reducir las emisiones contaminantes, por la vía de una tasa al carbono o un sistema de derechos de emisión negociable en el mercado. Generalmente es más eficaz actuar por el cauce de los precios que por las prohibiciones y reglamentaciones que difícilmente se cumplen.

Si analizamos la representación del cambio climático en los medios de comunicación más importantes del mundo, podemos observar que hay básicamente tres posturas. La postura negacionista está mucho más presente en los medios de comunicación tradicionales. Las posturas reformistas se han ido abriendo paso en los últimos años. Pero, especialmente en los medios digitales, se está haciendo evidente que la lucha contra el cambio climático ha llegado a un punto en el que las reformas de fondo del funcionamiento del mercado pueden ser imprescindibles para hacer frente de verdad al desafío.

El mundo hiperconectado que nos ofrece el mundo digital es mucho más inmediato, intenso y visual. La realidad nos llega a las pantallas de nuestros móviles como si estuviéramos en el lugar de los hechos. Los medios nos llevan a ver cómo se deshielan los glaciares sobrevolando Groenlandia, o nos permiten sumergirnos en excelentes infografías interactivas que nos muestran realidades dramáticas. Algunos medios como “The New York Times” abren nuevos caminos para que los lectores experimenten las historias, vídeos interactivos filmados con drones, o nos lleva al interior de la estación de un centro de investigación sobre el clima con sede en Groenlandia. Desde esta nueva perspectiva es mucho más fácil entender la urgencia y la profundidad que se requiere para luchar contra el cambio climático, no a medio y largo plazo, sino de inmediato y con rotundidad. El mundo digital favorece la emergencia de toda una nueva cultura basada en la sostenibilidad. Es fácil percatarse de que los viejos oligopolios mediáticos no ayudarán a este cambio estructural.

Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la mitad de los niveles actuales antes de 2050 será muy difícil con métodos convencionales y se necesitarán nuevas tecnologías y medidas disruptivas. Todo un nuevo sistema de mercado. La japonesa Fujitsu considera en un informe que es vital utilizar las TICs para atajar el deterioro del medio ambiente. Las TICs pueden aumentar la eficacia de los bienes materiales y limitar su utilización. Serán fundamentales, por ejemplo, para reducir o suprimir el papel utilizado en las oficinas y la necesidad de desplazar personas o bienes. La ciberenseñanza o los puntos de venta integrados son otros aspectos citados por Fujitsu. La empresa japonesa ha calculado que, para un programa de capacitación y formación de 5.000 empleados, por ejemplo, se puede lograr una reducción del 93% de las emisiones de CO2. Para luchar verdaderamente contra el cambio climático se necesita un nuevo nivel de cooperación global que ignore las fronteras entre los países, regiones, industrias y empresas. Para este mundo nuevo no valen solo las declaraciones de voluntad. Esperemos que la cumbre de París alumbre algo más radical que simples voluntarismos.