Prefiero entender un por qué

“Imagine all the people…living life in peace!!” (Homenaje a Paris)

José Luis Zunni | Martes 17 de noviembre de 2015

Fue un momento emotivo al mismo tiempo que de gran dolor, cuando un ciudadano francés llevó su piano en un pequeño transporte arrastrándolo con su bicicleta, para tocar el “Imagine” de John Lennon frente al restaurante “Le Carrillon”, uno de los lugares víctima de los ataques. Lo escucho en mi mente una y otra vez porque tenemos muy frescas en nuestras retinas la perpetración del terror con kalashnikov en mano.



La noche del pasado viernes 13 fue desgarradora para los franceses y todos los hombres y mujeres de esta tierra que aman la paz y la libertad (por suerte la gran mayoría). Con todos los amigos y colegas con los que he ido hablando durante el fin de semana y ayer lunes 16, pude comprobar que compartíamos el mismo shock inicial que nos dejó paralizados durante las primeras horas después de que se desatara la barbarie en Paris. Una vez que nos recuperamos del impacto, sobrevino la consternación y la profunda tristeza. Pero estoy convencido, que como ocurre en mi círculo familiar, de amistades y relaciones profesionales, en toda España y el resto de Europa, estamos muy impresionados y preocupados por lo que aún pueda pasar en cualquier otra ciudad europea.

¿Es que este sentimiento expresa miedo? Negar el miedo es estúpido. Pero el miedo es siempre la raíz del valor y el coraje que sacan hombres y mujeres para levantarse y enfrentar la realidad tal cual es. Especialmente después de haber sufrido un impacto tremendamente traumático como el del viernes 13. Tener miedo no implica carecer de valor. No es cobardía, sino sensatez. Un acto de valor en combate exponiendo la vida para salvar la de otros compañeros, no inhibe el miedo, sólo lo neutraliza unos instantes para poder actuar. A cualquier héroe de guerra que se le pregunte si sintió miedo, responderá afirmativamente.

Paris tuvo miedo como cualquier otra ciudad del mundo que se enfrenta a los fanáticos del terror que han abierto una guerra mundial contra Occidente, nuestros valores y forma de vida. Pero Paris y el resto de ciudades que seguimos llorando las víctimas de un trece de noviembre siniestro, siempre se sobreponen al miedo y juntos la ciudadanía universal vencerá al terror con la ley y la democracia.

¡Qué se puede decir hoy… más de lo que se ha dicho ya! Hay momentos que lo único que cabe es el silencio en señal de respeto. Por eso he creído conveniente compartir con mis lectoras/es un pasaje de la letra inmortal de “Imagine” de John Lennon, quizás la más destacada canción pacifista de la historia. Cuando se escucha atentamente su mensaje, al menos a mí, me obliga a callar, a pensar en cómo sería un mundo en paz y si realmente es posible. Con la sencillez de los textos que nos llegan al alma, Lennon de haber estado vivo, seguro que hubiese ido a Paris a homenajear a los franceses.

“Imagina que no hay países…no es difícil hacerlo.

Nada por lo que matar o morir…ni religiones tampoco.

Imagina a toda la gente…viviendo la vida en paz”.

Paris ha sobrevivido al ejército nazi, a los crímenes indiscriminados contra judíos y a las deportaciones hacia los campos de concentración. En las horas previas al día “D” del 6 de junio de 1944, el párroco de la iglesia de un pueblo de la Normandía, Sainte-Mère-Église, Pere Louis Roulland, decía en su homilía: “en las horas inciertas, en las tinieblas de la noche, no debemos desesperar, es preciso que no decaiga nunca nuestra fe. Es necesario sostener firmemente la esperanza de que la liberación llegará”. Usando de manera metafórica la palabra “liberación” no sólo para referirse al alma, sino al yugo de los alemanes. Casualmente este pueblo fue la clave para neutralizar el contra-ataque alemán a las tropas que habían desembarcado en Normandía, además de ser el punto estratégico a partir del cual los ejércitos aliados pudieron avanzar hacia Paris y liberarlo.

¿Arde Paris?

Es el título de una novela histórica de Larry Collins y Dominique Lapierre (1964) que también se llevó al cine, que centra la acción en los días previos a la liberación de Paris el 26 de agosto de 1944 en los meses finales de la Segunda Guerra Mundial. Ante la obsesión de Hitler de destruir totalmente la capital francesa, el general Dietrich von Choltitz, gobernador alemán de Paris se negó a obedecer la orden de Hitler. Y una vez más Paris sobrevivió.

Este año 2015 el destino ha castigado a Paris como hace mucho tiempo no lo había hecho. El atentado contra Charlie Hebdo, semanario satírico francés, el pasado 7 de enero, fue el momento en que se evidenció la vulnerabilidad de Occidente frente al fanatismo y la sinrazón. Ya habían ocurrido los atentados de Atocha de Madrid y del metro de Londres. También nos levantamos. Pero Charlie Hebdo fue un tipo de violencia terrorista diferente.

El viernes 13 de noviembre de 2015 vuelve a sembrar el terror y el pánico en la ciudad de la luz, pero como siempre ha ocurrido a lo largo de su historia, Paris una vez más se levanta y camina. Francia recibía en los mensajes anónimos iluminados en la noche por las velas, las palabras “libertad, igualdad y fraternidad” que es el lema oficial de la República Francesa.

Las autoridades francesas han dicho una y otra vez, que seguramente el terrorismo islamista volverá a atacar. La cuestión es que no se sabe ni dónde ni cuándo. Los servicios de inteligencia franceses y españoles, ya han desbaratado una serie de atentados que hubiesen sido insoportables para Europa. Pero lo que hará que el Viejo Continente una vez más se levante después de un gran golpe, es la ciudadanía que desde Helsinky a Madrid pasando por Bratislava, formen un gran manto de protección que nos mantenga unidos frente al terror y la sinrazón, con la fuerza que nos da el estado de derecho y los principios sobre los que Occidente ha construido sus sociedades. Hoy Paris es Occidente y también todos somos Paris.

Nuestro modesto homenaje a las víctimas inocentes de Paris. Compartimos el profundo dolor de los franceses porque también es nuestro. Y también es nuestro el anhelo de que la ciudad de la luz recobre cuánto antes la vida normal, nuestro único arma para combatir a los que miran a Occidente con recelo y odio.

Nuestra ilusión de que sean posibles las inmortales estrofas de “Imagine” cuando dice que “Nada por lo que matar o morir…Imagina a toda la gente…viviendo la vida en paz”.

Todos nuestros sentimientos durante estos días están en Paris.