Cuando estudiamos la capacidad de resistencia que tiene que tener un buen líder frente a la adversidad, tenemos que explicar que la resiliencia es un proceso por el cual las personas tienen la habilidad de adaptarse a situaciones traumáticas, incluso a tragedias, caso de las víctimas de un acto terrorista. La cuestión es, que esa capacidad se manifiesta al sobreponerse a cualquier factor adverso y tener la voluntad de seguir adelante.
En el mismo momento en que una persona toma esta decisión de seguir y controlar sus miedos, se está produciendo en ella una transformación, porque ha tenido el coraje de asimilar el trauma (en el caso de una catástrofe o de haber sido víctima de un acto violento) y la templanza necesaria para retomar el camino de una vida normal.
Toda la investigación científica hasta la fecha, evidencia que no es necesario ser una persona extraordinaria para tener dicha capacidad. Es una habilidad que desarrollan todas las personas, aunque cada una de ellas lo haga con diferente intensidad.
Cuando miramos este fenómeno desde la óptica organizacional, por ejemplo, la superación de un estrepitoso fracaso de una organización, debemos considerar que la intensidad con la que se evidencia en cada persona, tendrá que ver con su autoconocimiento, el nivel de autoestima que tenga, si es una personalidad de tipo independiente, la manera en que lleva a cabo sus relaciones interpersonales con compañeros de equipo y en general con toda la gente, su nivel de motivación e iniciativa, etc. Pero la buena noticia, es que todas estas habilidades y competencias emocionales se pueden entrenar y mejorar.
Resiliencia y perseverancia
John C. Maxwell, uno de los más destacados tratadistas en materia de liderazgo, sostiene que la perseverancia se logra cuando se desarrollan ciertas habilidades específicas como:
- La capacidad de “rechazar el rechazo”.
- Aceptar la responsabilidad que uno ha tenido en el fracaso.
- Ver el fracaso como algo pasajero.
- Centrarse en las fortalezas que uno sabe que tiene.
- Plantearse diversos caminos al éxito.
- Intentarlo de nuevo.
Resiliencia y felicidad
La mayoría de las personas buscamos ser felices, o al menos lograr que parte de nuestro sufrimiento actual disminuya (en el caso de una experiencia traumática personal), o que el sentimiento de fracaso porque las cosas nos han ido mal a nivel profesional, podamos amortiguarlo, de manera tal que no comprometa nuestra capacidad de acción futura.
Cuando el líder que tiene que formar y capacitar a su gente, se encuentra metido de lleno en una crisis de la empresa que lidera, tiene que cuidar que el impulso de la resiliencia sea un motor de renovación de cada uno de los miembros del equipo, en el sentido, de que dejen atrás culpas, complejos y lamentos. El victimismo no se compatibiliza con la manifestación del sentimiento del que es resiliente.
El líder hará que todos y cada uno de los miembros de los diferentes equipos, se sientan un poco mejor, confíen en que se saldrá del mal momento y que hay que adecuarse a estos vaivenes que está imponiendo el entorno, del cual ha derivado la comprometida situación económica en la que se encuentra la empresa.
¿Por qué los líderes de hoy necesitan tener una capacidad de resiliencia?
Si el liderazgo efectivo se caracteriza por la acción, la capacidad para enfrentar y superar la adversidad responde a una primera fase del proceso de resiliencia de una persona: la actitud que asume frente al factor traumático, caso de una severa crisis empresarial o de mercado.
En una etapa posterior pero casi superpuesta a la que mueve su actitud (el tiempo de acción), está rediseñando el nuevo escenario de la organización en todos sus ámbitos (recursos humanos y materiales). A continuación, tiene que conocer cuáles son las respuestas que exige la situación de manera inmediata, para poder elaborar todas las respuestas a los retos y encontrar soluciones o vías de solución que permitan no sólo salir del mal momento, sino una sensación personal de cada miembro del equipo, de que se están entrando en una fase de superación porque se ha abordado la situación de manera correcta.
El líder efectivo tiene siempre una capacidad de resiliencia, porque primero tiene una resolución sobre cómo afrontar cada paso que tiene que dar la organización y cómo afecta a su gente.
Las organizaciones están en un proceso de cambio profundo donde no sólo necesitan afrontar los desafíos con éxito, sino que además deben salir fortalecidos y transformados para hacer frente a los nuevos retos por venir.
En el caso de que una organización haya experimentado en el pasado reciente, un fracaso importante, la capacidad de resiliencia tiene que convertirse en una “creencia” personal que le esté diciendo a cada miembro de los diferentes equipos, que siguen estando habilitados para el éxito, la cuestión es no renunciar a él. De hecho, aquellos líderes de éxito que han experimentado algún fracaso, no renunciaron nunca en volver a retomar el camino de los grandes logros, dejando atrás tanto la experiencia real producida como la sensación de derrota que como sentimiento “tumba” más de una recuperación. La gran mayoría de las personas ya habrían renunciado hace tiempo a seguir empeñándose en ese trabajo, proyecto, etc., una vez que hayan experimentado un fracaso.
Nada es más importante para el éxito en los negocios que la resiliencia, ya que es la fortaleza mental para enfrentar y superar la adversidad. Justamente en nuestros artículos “Usain Bolt y los líderes mentalmente fuertes” y en “¿Se siente Ud. mental y emocionalmente fuerte?” abordamos esta cuestión. Una fuerza que habilita al líder y a las personas con una mentalidad abierta, flexible y fuerte, seguir “en carrera” y funcionando mucho después de que otros se hayan dado por vencidos.
Pero hay que aclarar que ninguna persona nace con la capacidad de resiliencia, porque ésta surge y se desarrolla a través de la experiencia de vida y de las creencias que las personas adopten sobre ellas mismas y su lugar en el mundo.
Características de líderes que han experimentado su capacidad de resiliencia
1º) Saber encontrar el momento para tomar nuevamente acción.
Es evidente que la resiliencia es un sentimiento muy fuerte. A veces no permite que se manifiesten otras emociones, porque las anula o neutraliza. Esto se traduce en la gran preocupación que en un momento puntual, el líder puede tener para ver qué acciones debe acometer. Lo importante entonces, cuando su capacidad de resiliencia y su actitud frente a la adversidad, le permite ser consciente de que tiene poco margen de maniobra para lamentarse y sólo ver qué medidas tomar y cómo volver a implementar acciones. Que se rompa con la inacción que es la peor parálisis que puede tener un grupo humano.
El sentimiento cuando es tan fuerte, es como si una persona diera un paso atrás, para tomar fuerza y carrera para volver a ponerse en movimiento. Esta es la “figura” que más se adecua a la realidad de una persona resiliente. La emoción intensa provoca que las personas con gran capacidad de resiliencia, pongan en marcha todos los mecanismos para ir en busca del camino de salida, que siempre la hay.
2º) Ejecutar acciones no palabras
Cuando ese líder resiliente decide tomar acción, no se queda en palabras y ejecuta. Persuade a todo el personal para que le sigan. Su convicción y compromiso lo transmite a los demás. Y la gente de la organización, sabe cuándo el líder tiene esa capacidad de resistencia que es tan importante como la de buen liderazgo en momentos normales.
3º) Acción y coraje
Cada vez que nos hemos referido a la “zona de confort” en la que le gusta habitar a casi todo el mundo, especialmente en las organizaciones cuando se avecina un cambio, hemos sostenido que el líder explica y forma a su gente en qué es el cambio y cómo se deben adaptar a éste. Que lo importante no es velar por una seguridad absurda, que dura muy poco cuando se está “clavado” en esa zona de confort, sino cuidar de que no haya factores negativos del entorno que puedan afectar la organización y que nadie se percate de ello, excepto el líder.
El liderazgo efectivo tiene una particularidad: el coraje en la determinación de las acciones. Porque se acepta que ya no hay valor seguro, que la información y los datos que se controlan en la empresa, puede representar un porcentaje bajo respecto a los reales movimientos del mercado. Que nada hay garantizado, menos aún los puestos de trabajo.
Por eso, en vez del afán de buscar espacios de seguridad y confort, los líderes efectivos enseñan a cómo gestionar espacios incómodos, que pueden producir gran insatisfacción según las circunstancias, pero que actuando con coraje y determinación, sólo así, puede la gente amortiguar el impacto de la adversidad.
José Luis Zunni es Director Edición Online ECOFIN. Miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Coordinador académico de la Red e Latam. Conferenciante. Ponente de Seminarios de Liderazgo y Management de la EEN y coordinador del FORO DE MANAGEMENT Y NUEVA ECONOMÍA DE LA EEN. Analista de la realidad actual y especialmente en los aspectos económicos, políticos y sociales, Experto en Management y formador de directivos y profesionales en las técnicas de liderazgo.
Eduardo Rebollada Casado es miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Autor y conferenciante. Consultor y analista de la realidad social, política y económica. Co-autor con José Luis Zunni de más de 100 artículos de Management y liderazgo.
Javier Espina Hellín, miembro de ECOFIN Business School Group y de la Junta Directiva de Governance2014.