En la segunda entrega de esta serie (Reinventar el periodismo) basada en el brillante ejercicio de prospectiva llevado a cabo por el Fondo de Periodismo Holandés, veíamos un escenario en el que los gigantes de Internet dominan el panorama de los medios en 2025. Ese parece ser el escenario más probable a la luz de las últimas tendencias, pero en otro de los modelos trazados en el informe, la situación es muy distinta: el horizonte mediático está muy fragmentado y el ciudadano, armado con la tecnología, ha tomado el mando y decide qué es noticia.
También en este escenario las grandes empresas de medios ven disminuido su papel. Ya no son los que deciden los contenidos, sino que la multitud organizada ha tomado el puesto de mando. La economía compartida ha crecido con mucha fuerza y está presente en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana. En lo relativo a la información, una multitud de plataformas digitales están uniendo la oferta y la demanda. En el 2025, el sector de los contenidos creativos es un semillero de muchas pequeñas empresas y autónomos, que trabajan en configuraciones siempre cambiantes. El paisaje periodístico está muy fragmentado y hay una enorme oferta de vídeos y otras formas de periodismo virtual, formado por periodistas profesionales, que ahora son cuidadores y facilitadores de lo que necesitan las diversas comunidades. Por otro lado, está creciendo con fuerza otro tipo de periodismo que podríamos llamar ciudadano. El profesional selecciona los datos y noticias que considera relevantes para la comunidad, comprueba los hechos y modera el debate. Hay una abrumadora cantidad de datos, blogs y tweets, que deben ser reducidos a proporciones manejables. El filtrado y el cuidado de la información es una tarea importante del periodismo. Algunos periodistas funcionan como autónomos, como una marca independiente, alcanzando en algunos casos renombre y prestigio. Pero la mayoría de los periodistas trabajan en este escenario en colectivos con otros periodistas, con especialistas de datos y con programadores informáticos.
Los consumidores han vuelto a pagar por el periodismo, pero es un periodismo totalmente nuevo, artículos enriquecidos con vídeo, audio y datos. Los consumidores están dispuestos a pagar por informaciones de alta calidad y por contenidos útiles para su trabajo y sus aficiones. Al mismo tiempo, existen revistas y periódicos en papel, sin periodicidad diaria, que generalmente leen personas mayores de 60 años.
En otro de los escenarios trazado por el informe, la información regional, comarcal, local e hiperlocal ha tomado una gran relevancia. Las comunidades tienen un flujo de imágenes de alta calidad y bajo coste. Los miembros pueden ver sitios libres de publicidad a un pequeño coste fijo. El seguimiento de la política y la crítica a los gobiernos ha disminuido significativamente, mientras que el periodismo de servicio ha tomado una relevancia capital. El periodismo se practica también desde la perspectiva particular de cada comunidad. Los programas de traducción avanzada se han perfeccionado extraordinariamente y la traducción y subtitulado de las producciones extranjeras es una tarea muy fácil y prácticamente gratuita.
La información y los contenidos de entretenimiento están presididos por sistemas de clasificación pública, de los que, por ejemplo, Tripadvisor y otros servicios parecidos que ya están en el mercado, son solo un adelanto aún por perfeccionar.
El vecindario local y la región se convierten en los nuevos puntos de anclaje para el ciudadano. La privacidad y la solidaridad son extraordinariamente valoradas.
La autorganización preside una economía basada en el intercambio. La energía se genera y se distribuye a nivel local.
En definitiva, hacia el 2025 estaremos mucho más cerca de una inteligencia colectiva, la sabiduría y la experiencia humana unida en una esfera común, que es el primer paso de una civilización tipo Cero a una civilización tipo Uno, tal y como las define el eminente físico Michio Kaku.
Como decíamos en la primera entrega de esta serie, el signo más preocupante es que en tres de los cuatro escenarios trazados la función pública del periodismo sufre menoscabo y diversas amenazas. Para los que creemos que el periodismo crítico y de calidad es una parte vital de la democracia, es hora de abrir el debate para intentar conjurar, en la medida de lo posible, estos peligros.