El blockchain es una base de datos que registra las transacciones realizadas con criptodivisas. Pero esta “cadena de bloques” creada para ayudar a la implantación de la moneda Bitcoin tiene más recorrido. Esta tecnología amplía sus capacidades, y ser más segura, económica y rápida que la del sistema SWIFT le permitirá no solo transformar la industria financiera, sino también la de la música o la abogacía.
Hoy en día, las infraestructuras de información en las que nos basamos son las bases de datos. Pero todas ellas son centralizadas y cerradas. Excepto blockchain. La “cadena de bloques” es como un libro de contabilidad en el que se registran las transacciones realizadas con criptodivisas. Pero a diferencia de los anteriores, está descentralizado y abierto. Esto quiere decir que ninguna empresa es su dueña y que cualquier persona puede acceder a él.
Con estas premisas, es fácil entender que estamos ante una tecnología que revolucionará la industria financiera. Aunque según Jerry Brito, director ejecutivo del Coin Center, el blockchain convertirá en prescindibles a los intermediarios a la hora de realizar cualquier transferencia, porque será el propio usuario el que registre en cuestión de segundos una nueva entrada en este libro de contabilidad universal. Si hay 2.500 millones de personas en el mundo que no tienen acceso a cuentas bancarias, pero Ericsson predice que en 2019 casi todo el mundo tendrá móvil e Internet, la tendencia en esos países en desarrollo será usar directamente blockchain sin necesidad de que intervengan en las operaciones financieras entidades bancarias.
Pero este experto asegura que solo es la punta del iceberg. Blockchain también puede ayudar a gestionar mejor los derechos de autor. La banda de rock canadiense 22HERTZ fue la primera en aceptar Bitcoin para vender un álbum y ha sido la primera en registrar el copyright de una canción a través de blockchain.
Por otra parte, la web “Bloomberg BNA” publicó un artículo del bufete de abogados de Holland & Knight en el que señalaban que las grandes compañías deben destinar recursos para estar a la vanguardia de esta nueva tecnología si no quieren estar en desventaja. Aunque no reemplazará el trabajo de los abogados, sí lo hará la forma en que redactarán los llamados “contratos inteligentes”, por lo que estos profesionales deberán tener nociones básicas de codificación y entender todas las complejidades de este sistema. Países como Honduras ya se han comprometido a reemplazar sus registros inmobiliarios por la tecnología blockchain. Esto permitiría a sus ciudadanos comprar o vender una casa a través de una aplicación para iPhone.