Tras las elecciones autonómicas y municipales el PP y el Gobierno afirmaron que acometerían cambios y estos se han anunciado hace bien poco, aunque parece que son más tímidos o menos profundos de lo que muchos esperaban. Y uno de los principales aspectos que Mariano Rajoy ha repetido más, casi centrando ahí la autocrítica, es que han fallado en la comunicación y que tenían que comunicar más y mejor: “Tenemos que ser más próximos, más cercanos con los españoles y comunicar más”.
Efectivamente, es cierto que el Gobierno del PP ha estado desaparecido, distante, sin comparecer ni exponerse apenas a preguntas y afirman que empiezan a realizar cambios en ese sentido para dejar atrás los plasmas, la ausencia de preguntas y que se lanzarán al mundo digital con más ganas además de contar con nuevos portavoces. Todo esto son buenas noticias, sin duda, pero, ¿A qué se refiere Mariano Rajoy cuando habla de comunicación?. Creo que se quedan en un entendimiento muy superficial de cuál debe ser la verdadera función de la comunicación.
Los consultores de comunicación analizamos a fondo las situaciones y muchas veces sacamos a los clientes de su zona de confort porque la única forma de construir una reputación sólida es definiendo una estrategia que se base en comunicar valores y tener muy en cuenta la opinión de los públicos. La comunicación hoy en día solo puede basarse en la escucha y la coherencia.
Las acciones puntuales de comunicación no sirven de nada si no se basan en conductas íntegras y consistentes con la identidad de marca y que se reflejen después en cada elemento de relación con los stakeholders.
Esto es algo que muchas marcas ya han comprendido hace tiempo y que nos dicen todos los estudios como, por ejemplo, el que realiza Cohn & Wolfe desde hace 4 años llamado Authentic Brands y que en su edición de 2014 concluía que se pide a las marcas que “hagan lo que digan y digan lo que hacen”. Es decir, que sean fieles a su esencia de marca, honestas y transparentes.
Así que parece que esto de la comunicación entronca con lo más profundo de la esencia para permitir la sostenibilidad de las relaciones de las empresas o marcas con sus stakeholders.
Si entendemos todo esto, entonces sí que ha fallado la comunicación del PP y del Gobierno o más bien su entendimiento de ella. Y es que cuando en las organizaciones no se cree en la comunicación como elemento de cambio, es que no se cree en la escucha y no se está comprometido con valores de transparencia y autenticidad. Por tanto, no debe extrañarnos que se produzcan comportamientos no acordes con esos valores y que se recurra a una comunicación cortoplacista, mal enfocada y que sirve de poco.
Seamos optimistas y veamos si los cambios y nuevas actitudes anunciadas por Mariano Rajoy traen consigo un cambio real porque a veces el hacer distinto, nos acaba llevando a pensar distinto.