Esta afirmación se desprende de un estudio presentado por la consultora IDC que, sin embargo, se muestra muy optimista con su evolución, sobre todo en Chile, Panamá, México y Brasil.
El negocio de datos parece no tener techo para la nube en que se sustenta. Soplos desde la Tierra, con vientos de miles de millones de dólares elevan la nube cada vez más. De hecho, los ingresos mundiales, en cuanto a adopción de tecnologías y arquitecturas diseñadas para extraer, analizar y generar valores económicos, a partir de grandes volúmenes de datos, superarán los 41 mil millones de dólares de aquí a 2018. Este dato corresponde a un estudio recientemente presentado por la consultora IDC.
Si se mide en términos de inversión, este impulso provocó un crecimiento en el big data de 26,2%, mientras el Analytics lo hico un 11%, en relación a 2013, también en escala mundial.
¿Pero cuál es el panorama que presenta la región? La consultora afirmó que según sus propias encuestas realizadas a los CIOs de la región, el 18,6% de los encuestados chilenos dijeron que implementaron o o están evaluando implementar una solución de Big Data.
Brasil y México siguen siendo los mercados más grandes e importantes debido al tamaño de su economía, pero países como Chile y Panamá se mantienen creciendo debido a la tendencia de innovación que desarrollan. En cuanto a las áreas donde más proyectos de este tipo se han visto son Telecomunicaciones, Gobierno, Comercio y Finanzas principalmente, de acuerdo a IDC.
Los números o las apariencias suelen engañar. Los datos de Chile, México, Brasil, o Panamá sólo muestran una tendencia, no el estado real del negocio que se muestra aún en una etapa muy incipiente. Veamos. América Latina representa el 4,5% de inversión a nivel mundial en big data y analytics.
La mala noticia es que estamos hablando de una cifra muy menor si se tiene en cuenta el negocio a nivel mundial, la buena, en cambio, habla de un potencial de crecimiento que recién está dando los primeros pasos.
Y todo indica que no muy allá en el tiempo estas cifras habrán engordado, gracias, en gran parte, a que tanto las empresas latinoamericanas como sus clientes son cada día más sofisticadas, y con ello, se convierten en fuertes demandantes de tecnologías de punta.