Representantes de diferentes medios de comunicación de Paraguay se manifestaron el sábado en Asunción para exigir mayor seguridad en el ejercicio de su profesión, después de que en el último año y medio fueran asesinados cinco comunicadores paraguayos.
Los manifestantes, que conmemoran el Día del Periodista, portaban pancartas en defensa de la libertad de expresión y algunos de ellos llevaban también camisetas con el rostro del periodista Pablo Medina, asesinado junto a su asistente Antonia Almada en octubre pasado.
La marcha finalizó frente al Palacio de Justicia, donde se leyó un manifiesto condenando los asesinatos y denunciando lo que en Paraguay ya se conoce como “narcopolítica”, los supuestos vínculos entre algunos representantes del poder político con el tráfico de drogas.
El término fue adoptado tras el asesinato de Medina, periodista del diarioABC Color que investigaba la posible existencia de estas conexiones en el departamento de Canindeyú, fronterizo con Brasil, país al que se dirige la mayor parte de la marihuana de Paraguay, el mayor productor de Sudamérica de esa droga.
La Justicia paraguaya sostiene que el autor intelectual del asesinato fue Vilmar Acosta, ex alcalde de un pueblo de ese departamento por el oficialista Partido Colorado, quien se dio a la fuga y posteriormente fue detenido en Brasil.
Acosta está imputado en Paraguay por ese crimen y por un delito de tráfico y acopio de marihuana.
“El asesinato de Medina supuso un golpe muy duro, porque nos dimos cuenta de que no estábamos seguros. Si un corresponsal de un medio de tirada nacional moría asesinado, significaba que los periodistas de medios más pequeños estaban aún más desprotegidos”, dijo a Efe Santiago Ortiz, secretario general del Sindicato de Periodistas de Paraguay (SPP).
Recordó además que, desde la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989, 17 periodistas han muerto asesinados en el país sin que se hayan esclarecido totalmente las circunstancias de su muerte ni castigado a los culpables.
“La impunidad está defendida por el sistema de la narcopolítica, que denunciaba Pablo Medina y que su asesinato puso sobre el tapete”, aseguró Ortiz.
Al asesinato de Medina y Almada se sumaron en el último año y medio los asesinatos de los comunicadores Fausto Alcaraz, Edgar Fernández y Gerardo Servián, quien murió tiroteado cerca de la frontera con Brasil.
Además de los riesgos para la vida, el SPP considera que en Paraguay el sector también sufre otras amenazas a la libertad de expresión, como la “creciente precarización” de las condiciones laborales en el sector periodístico.
“Seguimos con bajos salarios, sin poder firmar contratos colectivos, con problemas de explotación y con muchos compañeros sin acceso a la Seguridad Social. La concentración de los medios en grandes grupos empresariales está provocando una mayor precariedad”, denunció.
En paralelo a esta concentración, Ortiz señaló que la actual Ley de Telecomunicaciones usa la “persecución y represión” contra las radios comunitarias y alternativas.
“La Ley y las modificaciones que el Gobierno pretende incluir acogotan económicamente a los medios comunitarios y restringen su alcance. Además, el organismo encargado de brindar las licencias no otorga permiso a los medios comunitarios y frecuentemente les confiscan sus equipos o tienen que enfrentar juicios”, expuso Ortiz.
El Día del Periodista recuerda la fundación el 26 de abril de 1845 del periódico El Paraguayo Independiente, primer medio de prensa del país, así como el aniversario de la muerte del periodista Santiago Leguizamón, asesinado en 1991 en la ciudad fronteriza de Pedro Juan Caballero.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) señaló en octubre que la libertad de prensa en Paraguay ha experimentado “profundos altibajos”, especialmente a raíz de los asesinatos de periodistas.
El último informe sobre la libertad de prensa elaborado por la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) sitúa a Paraguay en el puesto 105 de un total de 180 países.