Brené Brown, profesora de la Universidad de Houston y una de las más importantes investigadoras en aspectos vinculados a la vulnerabilidad, el coraje y el miedo, es nuestra elegida para la réplica de hoy, en la que nos preguntamos si la afirmación que hacemos en el título de este artículo, de “líderes efectivos aunque vulnerables” es del todo válida a la luz de sus investigaciones.
Es una mujer de ideas muy claras, que nos impresionan por la sencillez aunque no menos efectividad del transfondo que conlleva, tales como afirmar que: “la gente piensa que la vulnerabilidad es debilidad, cuando en realidad es el valor de presentarse y ser visto”. Más a fondo va aún, cuando nos dice que “la vulnerabilidad es el latido del corazón absoluto de la innovación y la creatividad. Que puede haber innovación cero si no se es vulnerable”.
A continuación vamos a explicar y replicar lo que Brown llama “los cuatro mitos de la vulnerabilidad”.
1º Mito: La vulnerabilidad es debilidad.
En su investigación, Brown pidió a miles de personas que explicaran cuáles eran los momentos de su vida en los que se habían sentido vulnerables. Algunas de sus respuestas fueron: la apertura de mi negocio; la primera fecha después de mi divorcio; ser responsable de algo que he hecho mal en el trabajo; animando a mi hijo porque él quiere ser uno de los músicos destacados en la orquesta, sabiendo que nunca va a lograrlo, etc.
Y así acumulando una tras otra centenares de respuestas, Brown se dio cuenta, que ninguna de las respuestas tenía que ver con la debilidad. De ahí su contundente afirmación de que "la vulnerabilidad no es debilidad en absoluto. De hecho, es nuestra medida más exacta del valor.” (Aclaramos que valor lo dice en sentido de coraje).
Nos parece interesante este enfoque, en el que Brown afirma no haber encontrado un solo incidente de coraje que no esté totalmente respaldado por la vulnerabilidad. Ella nos hace reflexionar instándonos a que pensemos en la última vez que hemos visto a alguien hacer algo en el que demostraba su coraje y valor, para darnos cuenta (ella dice que lo garantiza), que la vulnerabilidad está detrás de cada una de estas acciones.
También ataca de lleno la tan mencionada en los últimos tiempos “zona de confort”, porque cree que si el valor es un atributo muy importante para cualquier persona, tiene que estar dispuesta a renunciar a la comodidad, porque los dos no pueden coexistir.
2º Mito: Usted puede optar por salir de la vulnerabilidad.
Vulnerabilidad, dijo Brown, es la combinación de la incertidumbre, el riesgo y la exposición emocional. “Ser un empresario o un nuevo emprendedor, es sentirse vulnerable todos los días”. No se puede estar ajeno a la misma, porque de alguna manera todos somos en mayor o menor medida vulnerables.
Brown sostiene que cuando una persona se defiende, diciendo que la vulnerabilidad no va con ella, en realidad no se da cuenta, pero sí es que está demostrando ser vulnerable. El no reconocerse vulnerable puede hacer estragos en la vida de una persona, porque no es consciente de sus limitaciones, al menos, de algunas que no se estaba dando cuenta que tenía, o a veces, y esto es lo más grave, no quería darse cuenta.
De ahí que el líder efectivo no deba esconder ni la verdad de a lo que se enfrenta, ni la debilidad que es consciente siente en determinado momento, por ejemplo, en que la organización no está en su mejor fase de penetración en el mercado a espera de cambio en diseño de un producto, lo que la hace más vulnerable a la pérdida de cuota, no dejando inmune al líder, que también es más vulnerable dependiendo de cuáles sean las decisiones que tome.
La negativa a tener este sentimiento de vulnerabilidad, puede conducir a decisiones equivocadas, entrando en juego también el “grado de incertidumbre” que hemos tratado en ocasiones anteriores. No cabe duda, que el sentirse vulnerable tiene que ver con la sensación de incertidumbre que los mercados presentan a diario a las organizaciones o la vida nos presenta cada día a las personas.
Pero pretender desechar este sentimiento de vulnerabilidad, sólo puede conducirnos a riesgos innecesarios porque creemos (o nos convencemos a nosotros mismos) que podemos hacer lo que nos hemos propuesto sin cortapisas, sin limitaciones. El sentimiento de vulnerabilidad nos pone un freno, porque en cierto sentido nos hace más racionales para meditar bien los pasos a dar, manifestando nuestras emociones sin temor a que pueda confundirse ser vulnerable con falta de coraje, valor y determinación para las acciones y desafíos a los que debemos enfrentarnos.
Mito 3: Vulnerabilidad significa dejar que las cosas sucedan
Los hechos que van sucediendo cada día en las organizaciones y en nuestras vidas, tienen respecto de nosotros en cuanto a la relación que mantengamos con ellos (responsabilidad directa sobre un trabajo o decisión tomada, etc.) distintos niveles por los cuales nos vemos más o menos vinculados. Entre éstos, la seguridad y la certeza que el líder tenga de una acción implementada, no inhibe a la misma de que también contenga un cierto porcentaje de riesgo de que algo falle, que la respuesta esperada no ha sido la estimada, etc.
O sea que el líder efectivo, ni gritará a los cuatro vientos que “todo va de maravilla según lo previsto”, ni tampoco hará que su equipo se sienta más vulnerable de lo que debiera, porque esté siendo temeroso en exceso de los pasos que se están dando. El liderazgo, lo hemos dicho ya en repetidas ocasiones, además de contar con habilidades técnicas, formación y experiencia probada, requiere de una buena gestión de las emociones, por lo que, para luchar con “coraje y bravura” motivando a la gente, no significa que la vulnerabilidad deba traspasar todos las fronteras. Lo que en principio defiende la tesis de Brown –que suscribimos-, es que ante cada gesto de valor se esconde el sentimiento de vulnerabilidad, pero éste tiene un límite que puede considerarse razonable.
Brown (estamos seguros del alcance que le da al término) cree que ser vulnerable, es tomar consciencia de nuestras limitaciones, aunque no debe inhibirnos de tener valor y coraje, o sea toda la determinación que un buen líder debe tener frente al conflicto o reto que tenga delante. La cuestión, como todo en la vida, está en la medida de las cosas.
Las emociones concurren simultáneamente en nuestro espíritu y alma, siendo generadas por los factores externos que las producen, que finalmente nos impactan. Además de nuestra respuesta a todas y cada una de las acciones según nuestros principios y valores, también se convierte en fundamental la forma en que podamos controlar la respuesta de nuestras emociones. Que no sean ni desmesuradas ni que tampoco estén ausentes de nuestras relaciones interpersonales ni en el plano de nuestras decisiones.
De ahí, que Brown hace un descubrimiento interesante, que en nuestra opinión va en línea con los mecanismos de autocontrol y de ser conscientes que hemos explicado en inteligencia emocional, porque estamos siendo perfectamente informados por nuestra mente (estado de plena consciencia) de cómo esos sentimientos puedan afectar nuestras acciones y toma de decisiones. Es evidente que el ser vulnerables entra dentro de la categoría de personas que demuestran tener valores como esfuerzo, lealtad, respeto, reconocimiento, admiración, empatía, etc., pero para nosotros la vulnerabilidad tiene que estar en armonía con los otros sentimientos que forman parte de este gran conjunto de valores que conforman nuestro espíritu y alma como personas.
Lo que sí es cierto, que como dice Brown, la vulnerabilidad sin límites es llamar la atención y que se está desesperado. Es seguro que la persona que haya caído en pasar esta línea roja, tiene que recibir ayuda porque no puede estar plenamente apto física y mentalmente para seguir con sus tareas habituales.
Brown también reduce las aristas más duras de este posible exceso, afirmando que lo que importa es la propia motivación para llamar la atención o para resolver un problema, pero obviamente en referencia a que esto se haga dentro de unos márgenes que pueden considerarse normales.
Otra cuestión interesante que plantea Brown, es que el ser vulnerables nos permite compartir historias sólo con las personas que se han ganado el derecho a escucharlas. Es bueno compartir con alguien, porque cada líder exitoso que habla con su equipo, también transfiere motivación, seguridad, determinación, fuerza, empatía, comunicaciones transparentes, preocupación por los demás y muchos otros sentimientos, entre los cuales está “el ser vulnerables”.
Mito 4: puedo hacerlo solo.
Brown piensa que somos proclives a hacer heroica la idea de que somos capaces de hacer las cosas por nosotros mismos. Ella ha explicado en más de una ocasión, que cuando entra en cualquier organización, en una hora puede determinar el grado de disposición que su gente tiene de ser vulnerables. ¿Y cuál es el mecanismo al que recurre para darse cuenta de ello? El lenguaje que se utiliza en las relaciones interpersonales, siendo expresiones tales como “puedes ayudarme con esto?", o "gracias", así como también "¿estás dispuesto a dar a este tema un impulso?”. La palabra y cómo se usa, es un síntoma claro de cómo nos sentimos, por tanto nuestro grado de vulnerabilidad que mostramos, que no nos quita ni valor ni coraje, sino que nos hace más humanos.
José Luis Zunni. Director de ECOFIN.es, coordinador de la División de Análisis de ECOFIN, del Blog de Mangement & Leadership y del Blog ECOFIN Business Schools. Junta Directiva de Governance2014. Coordinador académico de e Latam. Profesor de la EEN (Escuela Europea de Negocios).
Eduardo Rebollada Casado, miembro de la Junta Directiva de Governance2014 y co- autor con José Luis Zunni de más de 200 artículos de Management y liderazgo en la EEN (Escuela Europea de Negocios) y colaborador del Blog Management & Liderazgo de ECOFIN