La cabecera, cuyos propietarios al 50% son el grupo francés West-France y el noruego Schibsted, logró un resultado neto de explotación de 900.000 euros. En 2013, había registrado unas pérdidas de 1,6 millones de euros. Obtiene este resultado a pesar de que el año pasado sus ingresos retrocedieron un 10%, hasta los 46,5 millones de euros.