Prefiero entender un por qué

El síndrome APS (Auto-Preemption Syndrome)

Martes 20 de enero de 2015

Alguna vez se preguntaron si personalidades decollantes de la historia, como Napoleón, De Gaulle, Churchill, Kennedy, Julio César, Lincoln y un largo etc., tuvieron en algún momento de sus hazañas en campos de batalla o en los despachos del poder, miedo al fracaso o la sensación de que lo que tenían entre manos no iba a funcionar. ¡Pues claro que no! Fueron personalidades que además de un fuerte carácter y una personalidad muy a prueba de contratiempos, creían firmemente en lo que hacían.



Pero si nos adentramos en las historias actuales de las organizaciones, incluso la política, también esa voluntad de “coronar la cima” es un atributo reservado a unos pocos líderes.

El síndrome APS (Auto-Preemption Syndrome) puede traducirse como “estado predeterminado de fracaso”, lo cual tiene mucho que ver con ese “miedo al éxito” o también “pavor al fracaso”, depende cómo se mire y qué filosofía de vida tenga cada uno.



¿Cuál es la visión de uno de los pioneros de Internet?

Barry Schuler, que actualmente es director ejecutivo de DFJ Growth y ha sido presidente y CEO de AOL (America online Inc), opina sobre cuáles son los aspectos que hay que erradicar si no se quiere llevar a la empresa a la pérdida de productividad. Para ello, hay que eliminar de nuestra mente el convencimiento del fracaso y no del éxito. Su diagnóstico en un caso concreto, fue que el CEO estaba bajo el efecto del síndrome APS (Auto-Preemption Syndrome)

¿En qué consiste? Cuando una persona se convence a sí misma que algo es imposible de que llegue a buen fin, al éxito, lo que seguramente se está garantizando es un sonado fracaso.

Suele ocurrir cuando quién debe tomar la decisión ya es una persona con trayectoria y prestigio, por lo que este background en vez de ser un elemento positivo e impulsor, se convierte en un exceso de prudencia por miedo a “comprometer” su nombre.

Esto se ha visto hasta en las guerras. En la Batalla de Anzio (enero de 1944) las tropas americanas por un exceso de prudencia del general responsable de la invasión en la costa italiana cuya misión era tomar Roma aún en manos nazis, hizo que ese desembarco fuera un fracaso y demorara aún más el avance para liberar territorios invadidos por los alemanes.



Vacuna contra el APS (Auto-Preemption Syndrome)

Como siempre, cuando analizamos aspectos de determinadas bondades de la personalidad, surgen ejemplos en el mundo del deporte. Caso de una deportista que venció lo imposible, demostrando que podemos convertirlo en posible. En definitiva, no aceptamos un ¡NO! por respuesta. Pero nos referimos a nuestra respuesta interior.

Shannon Kelly casi se muere a causa de una enfermedad cardíaca. Cuando tenía 13 años corría sin dificultad un kilómetro y medio, pero de pronto empezó a perder velocidad y no sabía por qué. Su madre murió de una cardiomiopatía hipertrófica, por tanto le hicieron análisis confirmándose su mal y le dijeron que probablemente necesitaría un transplante.

A los 35 años no podía hacer una cama sin perder el aliento. Tenía que dormir casi sentada sobre unos almohadones para poder respirar. Los médicos ya no podían hacer nada más por su corazón: la única salida para vivir era un transplante.

Finalmente se sometió a la operación. Al salir del hospital, pudo subir ocho tramos de escalera sin detenerse. Fue entonces cuando decidió fortalecer su cuerpo y empezó a practicar ejercicio y volver a asistir a sus clases de tenis. Jugó tenis en 2008 para personas con transplantes e intervino en un triatlón femenino: 800 metros de natación, un recorrido de 19,3 kilómetros en bicicleta y una carrera a pie de 3,4 kilómetros.

Ya había empezado a correr cinco kilómetros por día.

En 2009, solicitó que le anotaron junto al número de participante en el brazo “Gracias, familia del donante”. Acabó el triatlón en el puesto 93 pero para ella era como si hubiese sido la primera. Estaba eufórica.

En la actualidad, lo único que le importa es sentir que su corazón es un regalo maravilloso y ella afirma que le corresponde mantenerlo en forma y cuidarlo.

¿Puede pensarse que padece el APS (Auto-Preemption Syndrome)? Justamente lo contrario: es una personalidad con capacidad automotivadora, que no conoció nunca –incluso aunque no se hubiese operado- esa sensación de derrota del CEO citado por Schuler.

Este mecanismo que nos lleva camino del éxito (al menos a intentarlo), es una voz interior que gobierna nuestra determinación para tomar una decisión, asumir el riesgo y estar convencidos de que podemos salir airosos de la acción que emprendamos.