Mientras la mayoría de medios tradicionales se lamentan del coste que supone para ellos la transición digital, algunos editores ya se han dado cuenta de que hay herramientas al alcance de todos cuya eficiencia está demostrada. El boletín informativo que llega a los emails de los suscriptores reporta tráfico y crea una comunidad de lectores fieles. Y todo ello no solo sin tener que realizar una gran inversión, sino además generando ingresos. ¿Cuáles son las claves de su éxito?
El correo electrónico está en crisis. Los internautas apenas abren emails publicitarios y se ponen en contacto con sus allegados a través de otros canales de comunicación. Sin embargo, cuando reciben listas que contienen informaciones relevantes, entonces se convierte en un contenido muy valioso que el usuario demanda, informa “Gigaom”.
Hay ejemplos que confirman el buen estado de salud de las llamadas “newsletters”. La web de negocios “Quartz” ha encontrado un verdadero filón en su boletín. Gracias a su empeño por lograr confeccionar una lista valiosa para sus lectores, se publicaba hace unos meses que ascendían a 77.000 las personas suscritas a este servicio en 20 meses de vida, con una tasa de apertura del 40-50% e importantes ingresos derivados de la venta de publicidad.
Ahora hemos conocido el caso de "theSkimm", un boletín confeccionado por dos profesionales que proceden de la NBC y dirigido a mujeres jóvenes. El número de lectores activos se ha multiplicado por diez y la tasa de apertura ronda el 45%. Este crecimiento espectacular ha dado sus frutos y acaban de obtener una financiación de 6,25 millones de dólares de un grupo de inversionistas, informa “The New York Times”.
Pero, ¿a qué deben su éxito los boletines informativos? Principalmente a que actúan como filtros de confianza. El tiempo es un valor muy apreciado y su ahorro, todo un lujo. Los usuarios están expuestos a gran cantidad de información a lo largo del día y es fácil perderse en ese ruido. Que alguien seleccione por ellos las noticias más relevantes no tiene precio. Aunque las portadas de los periódicos desarrollan esa labor de concreción, lo cierto es que están destinadas a un público masivo, mientras que las newsletters se centran en campos más específicos. Los usuarios pueden así estar al tanto de lo que ocurre en un ámbito determinado y mantener conversaciones inteligentes con otras personas en cualquier evento.
Estamos en un punto en el que existe un gran número de boletines interesantes que puede llegar a saturar al lector. Lo que van a demandar los usuarios en un futuro próximo será que alguien se lea cada newsletter y cree un metaboletín que incluya a modo de resumen lo mejor de todas ellas.